Lupita Infante, libre y empoderada, se pone su corona

Lupita Infante tiene mucho que decir de “La corona es mía”, su tercer disco de estudio. Primero, que le ha traído muchas sorpresas, entre ellas los haters, que no están contentos con que Lupita use algunas malas palabras en las canciones.

“La gente tiene la expectativa de que tal vez por ser mujer se ve mal”, dijo. “Pero a la misma vez siento que puede dar luz a ciertos problemas sociales de una manera exagerada porque la verdad sale a la luz cuando exageras, pero lo haces con esa intención”.

Al fin del día, dijo, “la música es expresión, esa cultura, está viva, siempre cambiando y representa un momento de la vida”.

Otro aspecto de esta producción, es que este es el primer álbum que ella produce; antes lo habían hecho otras personas. Armó su equipo y, sin un plan concreto, entró al estudio para explorar y para determinar cómo quería que sonara este nuevo disco.

Cuando había grabado 17 canciones decidió que diez estarían en su nueva producción; todas son canciones que ella y otros colaboradores escribieron excepto una que grabó anteriormente su fallecido papá, Pedro Infante Jr.

“En este álbum yo me sentí en control”, dijo en una conversación reciente. “Me siento con el empoderamiento de decir, ‘esta es mi voz’; no es para todos, y qué bueno porque quiero darme esa libertad de poder expresar otro lado de mi personalidad, de mi música, entonces hay algunas malas palabras, y ya se ofendieron por eso, pero es parte del crecimiento y de ver esa exploración artística”.

Lupita se inspiró en parte por artistas como Xavi, un chico mexicoamericano que, para ella, ha refrescado el género de la música mexicana con la inclusión de elementos modernos y novedosos.

Pero eso no quiere decir que Lupita está dejando de lado el mariachi, el género que la vio nacer como artista y en el que se ha dado a conocer desde entonces. Más bien se ha asesorado con productores que entienden y que conocen a fondo esta tradición para, sin violar reglas, dar un toque propio a su música.

“Hay banda, hay norteña”, dijo. “Si tuviera una licuadora musical, pienso que tiene toques de Javier Solís, Amalia Mendoza porque tiene sonidos muy clásicos del mariachi con instrumentos tradicionales”.

Lo novedoso, explicó, es la manera en que se están tocando el requinto y el tololoche, por ejemplo, porque “tomamos elementos de como se están tocando en esta época para darle un ‘punch’ y que se emocione la gente”.

Pero también lleva sonidos suaves, más pop, como lo que hace Calor G, dijo. Y además, por primera vez tiene invitadas; en esta ocasión son Adriana Ríos, Nora González y Victoria La Mala.

“Un toquecito de banda, una taza de amor, dos cucharadas de mujer tóxica y cuatro tazas de mujer empoderada”, dijo. “Y ahí tienes el álbum”.

En cuanto el título del disco, Lupita lo describe como una declaración que simbólicamente dice que la corona siempre ha estado ahí para cada mujer, “pero a veces dejamos de creer en nosotras mismas o nos dejamos llevar en otra dirección que nos hace perder la visión de ese sueño que queremos cumplir”.

Y le guste a quien le guste, Lupita dice que es el álbum que más la representa porque tiene un sonido que la identifica tanto como las letras.

Este verano, Lupita le mostrará al mundo de qué está hecho su disco cuando participe como telonera en los conciertos de Pepe Aguilar, el Mariachi Vargas y Los Ángeles Azules en plazas de Estados Unidos y de México.

Cantará con mariachi, sin duda, pero seguirá explorando sonidos “sin perder la esencia”.

“Tengo un respeto muy profundo por la música de mariachi”, dijo la nieta de Pedro Infante. “Pero a la vez tengo esa espina [de la exploración]”.