Por qué mojar tu teléfono es una pésima idea aunque sea resistente al agua
Sumergir tu teléfono puede ser una muy mala idea, incluso si se trata de un equipo que en teoría debería ser capaz de resistirlo

Mojar tu teléfono puede tener consecuencias permanentees incluso si se trata de uno con resistencia a líquidos Crédito: Shutterstock
Muchos fabricantes presumen de que sus teléfonos tienen resistencia al agua, usando siglas como IP67 o IP68, pero es importante entender que esto no es lo mismo que decir que son totalmente impermeables. Estas certificaciones provienen del estándar IEC 60529, y la segunda cifra en el código IP hace referencia a la protección contra el ingreso de agua bajo condiciones específicas de laboratorio.
Por ejemplo, un teléfono con IP68 podría soportar inmersión en agua dulce de hasta 1 o varios metros durante un tiempo limitado, normalmente 30 minutos. Sin embargo, estas pruebas se realizan en condiciones controladas: agua limpia, temperatura constante y sin movimiento brusco, lo que rara vez ocurre en la vida real.
En otras palabras, IP68 no significa “sumérgelo sin cuidado en una alberca”, sino que marca un límite máximo en laboratorio.
Por qué debes evitar mojar o sumergir tu teléfono aunque tenga IP68
La resistencia al agua es una falacia parcial que pierdes con el tiempo. Las certificaciones se aplican solo a dispositivos nuevos y sellados. Con el paso del tiempo, los adhesivos, sellos y gomas del teléfono se degradan por el uso diario: caídas, temperaturas altas, exposición a aceites, sudor o agentes químicos. Por eso Apple y otros fabricantes advierten que la resistencia al agua no es permanente y tiende a disminuir con el desgaste.
En segundo lugar debes tomar en cuenta que el agua real no es siempre la misma que en laboratorio. El agua del mar, la alberca con cloro o el jabón contienen sales, elementos químicos o partículas que pueden corroer los sellos o depositarse en los puertos, reduciendo la efectividad del sello original.
A esto se añade el hecho de que el movimiento importa. Las pruebas de inmersión se realizan en entornos estáticos, sumergiendo el teléfono cuidadosamente, sin presión dinámica. La realidad es muy distinta: caídas accidentalmente en la bañera, salpicaduras fuertes, corrientes de agua o tomarlo bajo la ducha implican presión cambiante que puede forzar filtraciones donde antes no entraba nada.
Por último, el fabricante casi siempre niega daños por agua en la garantía. Aunque publiciten escenas con teléfonos en la alberca o bajo la lluvia, en la letra pequeña indican claramente que el daño líquido no está cubierto. La certificación IP se usa como estrategia de marketing, pero no como compromiso real en el servicio postventa.
Riesgos reales de mojar tu teléfono
1. Fallos en los circuitos internos
Aunque el dispositivo cierre bien en condiciones ideales, agua con minerales o presión puede romper esas barreras y generar cortocircuitos. Un caso típico: el agua queda atrapada en el puerto de carga y corroe contactos.
2. Sensor de humedad en la garantía
Muchos móviles tienen un sensor que cambia de color al mojarse. Si esto sucede, el fabricante puede rechazar la garantía sin discusión.
3. Desgaste acelerado
La exposición repetida al agua, incluso sin ingreso visible, puede afectar sellos de cámaras, altavoces y micrófonos, provocando calidad reducida en llamadas o sonido distorsionado. Además, componentes internos pueden oxidarse poco a poco sin dejar evidencia externa inmediata.
4. Incompatibilidad con situaciones extremas
El IP no cubre agua a presión, temperatura elevada, agua salada ni jabón. Así que un splash de shampoo en la ducha, nadar con tu teléfono o usarlo bajo el grifo caliente puede comprometerlo rápidamente.
Y aquí tienes la realidad que muchos olvidan: un teléfono que alguna vez pasó una prueba de inmersión no garantiza que lo seguirá resistiendo toda la vida. El desgaste mecánico y químico hace que cada exposición al agua reduzca sus defensas. Y al final, si algo falla, tú pagas.
¿Entonces qué hacer?
Olvídate del marketing acuático y maneja estos dispositivos con un mínimo de precaución. No los uses a propósito en bañeras, piscinas, mangueras o saunas. Y si ocurre un accidente, apágalo, sécalo bien y usa métodos seguros, no rápidas secadoras ni calor extremo.
Sí, los rankings IP son útiles para tener una idea de la resistencia en condiciones ideales, pero no reemplazan el sentido común sobre la fiabilidad real del equipo. Al final del día, lo que importa es mantenerlo lo más seco posible y no creer ciegamente que el dispositivo es una cafetera portátil, prometiendo seguridad bajo el agua sin consecuencias.
Aunque los fabricantes vendan que su smartphone es “impermeable” gracias a su rating IP, la realidad es que se trata de un pequeño engaño comercial. Simplemente compran protección en condiciones muy controladas, y luego no respaldan esa promesa cuando las cosas se complican en la vida real. No mojes tu teléfono por diversión, mantén la lógica y no arriesgues lo que cuesta una buena tela si algo falla.
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