Guerrero, el estado mexicano donde los sacerdotes corren mayor riesgo de muerte
Hace unos años el crimen organizado mantenía cierto respeto por la Iglesia mexicana y sus representantes, pero eso ya cambió
La violencia hacia la Iglesia no solo se manifiesta en homicidios, sino también en amenazas, extorsiones, secuestros y ataques a templos. Crédito: Christian Chavez | AP
La violencia contra la Iglesia católica en México ha escalado en las últimas tres décadas y media, dejando un saldo de 80 asesinatos de sacerdotes, seminaristas, religiosas, laicos y otros ministros de culto desde 1990 a la fecha.
Guerrero se ha convertido en el estado más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal, con al menos 12 homicidios, incluidos nueve sacerdotes, dos seminaristas y un sacristán.
El caso más reciente es el del padre Bertoldo Pantaleón Estrada, párroco de Mezcala, quien fue hallado sin vida el pasado lunes dentro de su camioneta en el municipio de Eduardo Neri. De acuerdo con el Centro Católico Multimedial (CCM), este crimen reaviva la alerta por las agresiones que enfrenta el clero en diversas regiones del país, especialmente en zonas controladas por el crimen organizado.
“El asesinato de un sacerdote no solo afecta a la persona, sino a toda una institución. Las parroquias cumplen funciones sociales que el Estado ha dejado de asumir”, advirtió el padre Omar Sotelo, director del CCM.
Según el organismo, la violencia hacia la Iglesia no solo se manifiesta en homicidios, sino también en amenazas, extorsiones, secuestros y ataques a templos. Tan solo en 2024 se reportaron 850 extorsiones y amenazas de muerte a sacerdotes, y la tendencia apunta a un incremento en 2025.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se registró el mayor número de asesinatos contra ministros religiosos, con 33 casos. La administración de Felipe Calderón Hinojosa concluyó con 25. Estos hechos ocurrieron principalmente en estados como Colima, Baja California, Veracruz, Guerrero, Chihuahua, Guanajuato, Puebla y Nayarit.
El padre Sotelo subraya que Guerrero representa un reflejo extremo de lo que ocurre en otras regiones del país. Desde 2009, cuando fueron asesinados el padre Habacuc Hernández Benítez y los seminaristas Eduardo Oregón y Silvestre González en Arcelia, la entidad ha acumulado una serie de crímenes que incluyen ejecuciones, desapariciones forzadas y asesinatos tras secuestros.
Entre las víctimas se encuentra el misionero ugandés John Ssenyondo, hallado en una fosa común durante la búsqueda de los 43 normalistas de Ayotzinapa, así como el padre Gregorio López Gorostieta, asesinado tras denunciar públicamente la violencia en la región de Tierra Caliente.
A pesar de la violencia, muchos sacerdotes continúan ejerciendo su labor en contextos de riesgo extremo. “Conozco sacerdotes en Guerrero que valientemente ejercen su ministerio de manera tan eficaz, profesional y valiente, que en ello hasta les puede costar la vida… y lo siguen haciendo”, concluyó el director del CCM.
Sigue leyendo:
– Miles de fieles despiden a sacerdote asesinado en México y claman justicia.
– Violencia contra la Iglesia: Suman 12 sacerdotes asesinados en México durante los últimos años.