Trump pone en peligro todo lo que somos
Al Moncada, quien fue un republicano de toda la vida hasta hace poco, explica cómo Trump lo obligó a abandonar el partido
Durante más de 30 años estuve inscrito como republicano.
Recuerdo el día que me convertí ciudadano de este país, un americano. Yo no podía esperar para registrarme para votar, lo cual hice. Me convertí en el primer Republicano para Reagan en mi familia, mis hermanos y padres lo hicieron después.
Ser Republicano era un imperativo para nosotros, no porque no solidarizamos con el Partido Demócrata, sino porque éramos inmigrantes, Latinoamericanos. Nuestra familia, cultura, religión y valores estaban en consonancia con el Partido de Lincoln. Nos sentimos incluidos en el proceso de hacer del país el más poderoso sobre la faz de la tierra.
En los últimos 20 años estuve involucrado personalmente entre el “ida y venir” del Partido Republicano. Me convertí en un líder entre los hispanos conservadores. Varios de mis colegas políticos, con quien tengo amistad a lo largo de estos años, trabajaron para Bush ’43. He servido con entusiasmo en varias campañas para ganar elecciones para Republicanos al nivel local, estatal y nacional.
Pero todo esto cambio hace un par de semanas, cuando después de un año de pedir a los funcionarios electos Republicanos a repudiar el Sr. Trump y a otros con la misma opinión anti-inmigrantes del candidato, le he visto convertirse en el probable candidato del partido, y vi a estos mismos funcionarios comenzar a caer en línea detrás de él. Un hecho: el Presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, el Republicano de más alto rango en la nación hoy, y el tercero en línea para el cargo más alto en la tierra, se unirá al Equipo Trump. Decidí entonces que yo no podía más permanecer inscrito como Republicano.
No fue una decisión fácil abandonar el Partido Republicano. Nunca en nuestra vida ha habido tanto en riesgo para el este Partido. Donald Trump ha roto todas las reglas de la decencia, y ha convertido el Partido de Lincoln, Reagan, y Kemp en una catástrofe, en un desorden. Ha insultado y ridiculizado a inmigrantes, veteranos militares, las minorías no blancas, las mujeres, los musulmanes, los discapacitados y otras muchas personas, con su amplio círculo de maliciosas generalizaciones. Él es lo contrario de todo lo que representamos como estadounidenses, y al aceptarlo y apoyarlo como candidato presidencial, el establecimiento Republicano ha perdido toda credibilidad como parte de otra cosa que no sea la más extrema, odioso partidismo.
Durante la Convención del Partido Republicano de California o CRP el año pasado, hablé del riesgo el dicho Partido y del Comité Republicano Nacional o RNC estaban tomando si ambos seguían condenando a los inmigrantes con la demagogia y la intriga de la ofensiva. Pude llamar a mis compañeros Delegados a votar para aprobar librar la palabra “ilegales” como un descriptor de inmigrantes indocumentados (los cuales representan el 10% de la fuerza laboral de nuestro estado) de la plataforma del CRP. Este esfuerzo fue exitoso, pero advertí de la avalancha que se nos venía encima si permitíamos el clima de la Promoción 187 de California, la cual fue claramente anti-inmigrante en el estado y revocó el maquillaje político Republicano a Demócrata en nuestro estado. Avancemos hasta hoy y el RNC ha aceptado a Donald Trump como su candidato.
Nos esperan desagradables y difíciles tiempos para los inmigrantes en nuestro país, y para el Partido Republicano, si Trump es electo Presidente en noviembre. No sólo vamos a sentirnos incómodos a caminar por las mismas calles con vecinos, pero no tendremos leyes a que amprarnos por prácticas desleales. Pero esto no es solamente un fenómeno de Trump: durante en el año pasado, cuando se enfrentaron con oportunidades para permanecer en solidaridad con la comunidad inmigrante, toda la delegación del Partido Republicano Californiano en el Congreso nos dio la espalda. Esta no es la manera como se gana en un diverso estado como California. Y no es la forma cómo recuperar la autoridad moral.
El Partido Republicano ya no representa lo que yo creí todos esos años. Sólo el perfecto, de acuerdo a los estándares de Trump, cohabitara en “Make America Great Again”. No, me niego a aceptar o permanecer en silencio.
Así que he abandonado el Partido. Después de todos estos años de trabajo para construir un Partido de inclusión, el Partido me abrió la puerta para abandonarlo. No me arrepiento, sólo me preocupa a que si en los Estados Unidos se elige a Trump como el nuevo líder del mundo libre, no continuaremos siendo libres, pero restrictos a ejercitar los derechos que nosotros, que el pueblo ha luchado muchísimo para proteger. Elegir a Trump como Presidente traicionará a aquellos que han sacrificado sus vidas por nuestra libertad.