Lucha en pro de campesinos inmigrantes

Líder sindical batalla contra tabacalera para mejorar condiciones de vida de miles

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DUDLEY, Carolina del Norte.- Baldemar Velásquez, que desde niño ha trabajado la tierra en Estados Unidos, lidera una campaña sin cuartel contra la tabacalera RJ Reynolds para brindar justicia a los campesinos migrantes, quienes permanecen “invisibles en este país.

Por estos días, Velásquez, presidente y cofundador del Sindicato de Trabajadores Campesinos (FLOC), vive inmerso en reuniones dentro y fuera de EEUU en busca de apoyo a su campaña contra RJ Reynolds, a la que culpa por las “miserias” de los trabajadores migrantes.

En entrevista con Efe durante un recorrido por uno de los campamentos donde viven los campesinos en Carolina del Norte, Velásquez asegura que lo motiva la desesperanza de los trabajadores, la mayoría de los cuales no tiene “papeles” y son presa fácil de patronos sin escrúpulos.

RJ Reynolds, la segunda tabacalera más grande de EEUU y con ganancias de más de 2,000 millones de dólares al año, tiene la responsabilidad de corregir los problemas laborales, aseguró Velásquez, de 54 años.

Según este líder sindicalista, el problema mayor de los campesinos es que si se quejan de maltrato o reducen su producción por problemas de salud, corren el riesgo de ser despedidos.”La gente tiene que saber el riesgo que corren los indocumentados. Tener miedo de pedir agua, tener miedo de quejarse… tienen que seguir trabajando porque si no, los pueden echar”, dijo Velásquez, cuyo sindicato representa a unos 6,000 campesinos en todo el estado.

Sin embargo, consideró que la solución no vendrá de Washington porque aunque una reforma migratoria regularizaría a los indocumentados, no los protegería de la “explotación”.”Mis padres eran ciudadanos, yo soy ciudadano y crecí trabajando en el campo. Ser ciudadano no era garantía de que no me iban a explotar, que no iban a robar el sueldo nuestro, y siempre pasamos las mismas miserias que ahora pasan los trabajadores”, observó Velásquez.

Pero Velásquez sí confía en que podrá persuadir a RJ Reynolds de que la empresa puede ser parte de la solución, si cambia la estructura de su cadena de suministro y producción “sin excluir a los campesinos”.

“Cuando interfieres con la capacidad de un hombre rico para hacer dinero, cualquier cosa es posible”, subraya Velásquez, parafraseando a uno de sus ídolos, el fallecido líder afroamericano Martin Luther King.

La campaña de FLOC, lanzada en 2007, prevé iniciar su siguiente fase en los próximos meses, con el objetivo de siempre de que en la mesa de negociaciones con RJ Reynolds estén incluidas las voces de los productores y los campesinos que labran la tierra.

Reynolds American, a la que pertenece RJ Reynolds, resiente los ataques de FLOC e insiste en que, al igual que sus compañías, “toma en serio las preocupaciones relacionadas con las labores del campo”.”En los últimos años, creemos que ninguna otra compañía ha hecho más que RJ Reynolds para promover la seguridad de los campesinos y mejorar las condiciones laborales en las tabacaleras en Carolina del Norte y demás sitios”, dice la empresa en su página web.

Parte de la campaña es presionar a miembros de la junta directiva de RJ Reynolds, que están ligados con otras influyentes multinacionales.

En ese sentido, la siguiente fase estará dirigida contra la empresa McLane, que es propiedad del multimillonario Warren Buffet y es el cliente más grande de RJ Reynolds.

En Carolina del Norte, al igual que en otros estados agrícolas, los campesinos subsisten con ínfimos salarios, en viviendas tercermundistas, en condiciones de trabajo “deplorables” y expuestos a la insolación y sustancias nocivas, explicó Velásquez.

Aunque FLOC ha logrado acuerdos con la Asociación de Agricultores de Carolina del Norte para corregir abusos en el programa de “trabajadores huéspedes” con visas H-2A, muchos trabajadores son indocumentados y carecen de derechos laborales básicos, señaló.

Velásquez, que se considera un hombre de fe, suele citar a la Biblia en sus reuniones con organizadores, al señalar que ésta contiene al menos 119 referencias a los “extranjeros” y el trato digno que merecen.

Pero activistas como Velásquez están conscientes del riesgo que acarrea su trabajo, especialmente en estados sureños “hostiles” a los sindicatos.

En abril de 2007, Santiago Rafael Cruz, un organizador de FLOC, fue asesinado a golpes en la oficina local del gremio en Monterrey, en el estado mexicano de Nuevo León.

Esa muerte, sin embargo, sólo ha insuflado fuerzas a la campaña de FLOC porque la alternativa es vivir en el miedo y la desesperanza, y “esa no es una opción”, puntualizó Velásquez.

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