LA vota por no multar a alumnos por retraso

La iniciativa regresará al Cabildo la próxima semana con altas probabilidades de convertirse en ley.

Con un voto unánime el Concejo de Los Ángeles aprobó hoy de manera preliminar un cambio a su código municipal que dejaría de multar a los alumnos menores de edad que lleguen tarde a la escuela, sin modificar las sanciones para aquellos que abandonen las aulas intencionalmente.

La iniciativa, que ha sido turnada a la Procuraduría local para afinar su lenguaje y que regresará al Cabildo la próxima semana con altas probabilidades de convertirse en ley, no sancionaría a los estudiantes que se dirijan al colegio apenas iniciadas las clases, aunque los forzará a que tomen programas de consejería o realicen servicio comunitario.

En caso de una tercera o de subsecuentes ofensas, las multas iniciarían desde $20 y tendrían un tope de $180. Los estudiantes indigentes estarían exentos de esta sanción monetaria. Bajo el esquema actual, las familias de los alumnos infraccionados por las fuerzas del orden pagan alrededor de $800.

“Lo que proponemos es que llegar tarde a la escuela por circunstancias no controladas no sea tratado como un crimen”, expresó el concejal Tony Cárdenas, autor de la ordenanza, cuyo propósito es que los policías guíen a los chicos a las aulas en lugar de reprenderlos.

“El ausentismo escolar no es un asunto judicial, sino de estudiantes, sus familias, la escuela y la comunidad”, expresó Michael Nash, juez de la Corte Juvenil del condado de Los Ángeles, quien resaltó que el llamado “toque de queda” está enfocado en “empujar a las personas a no tener éxito”.

Sólo de 2004 a 2009, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) ha emitido 47,000 sanciones a estudiantes que se encontraban fuera de las escuelas en horario de clases (el 62% las recibieron alumnos hispanos y 20% negros); mientras que en ese período, según cifras del Departamento estatal de Educación, el ausentismo escolar subió de 5% a 28%.

Grupos comunitarios argumentan que muchos de estos castigos fueron extendidos a jóvenes que no pudieron llegar a tiempo a sus colegios porque el autobús se retrasó o no se detuvo en la parada porque iba con muchos pasajeros.

Así le pasó a Rosa Solache, estudiante de la preparatoria Roosevelt de Boyle Heights. Una mañana el bus no cumplió con su itinerario y ella no pudo estar a tiempo en sus clases. Al llegar a la escuela, relató, la esperaban dos agentes en la entrada y una sanción de $280.

“La verdad es que llegaba tarde a clases por primera vez”, comentó la alumna, quien desde entonces ha luchado para que otros adolescentes no pasen por la misma situación. “Hemos sido tratados como criminales sólo por llegar retrasados”, continuó.

Mónica García, presidenta de la Junta Escolar, resaltó que dejar de multar a los 700,000 alumnos de escuelas públicas de Los Ángeles es un camino para reducir la elevada tasa de deserción escolar.

Antes de que este tema fuese discutido por el Concejo Municipal, decenas de estudiantes se congregaron afuera del Ayuntamiento de Los Ángeles portando pancartas con las frases: “Consejeros no policías”, “¡Despenalizar el ausentismo!” y “Escuelas no deben ser pre-prisiones”. Algunos vestían trajes de prisionero color naranja.

“Debemos encarrilarlos en sus estudios, en lugar de ponerles esposas”, dijo Laura Faer, directora de derechos educativos del Centro Legal de la Defensoría Pública.

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