Es sobre gente ‘hermosa’

En la escuela, Jordin Juárez es un estudiante engreído y, contrariamente en su hogar, un nieto amoroso que trata de complacer a un padre gruñón. Pero su vida da un giro de 180 grados cuando se tropieza con la callada Felipa, una compañera de curso que se pasa horas leyendo libros en la biblioteca.

Intrigado por conocer a la misteriosa joven, Jordin empieza un romance con su compañera de clase y, al mismo tiempo, una reflexión interna que lo conduce a conocerse a sí mismo y a enfocarse en querer ser una persona positiva para la sociedad.

Esta es la trama del filme Mamitas, del realizador Nicholas Ozeki, que el año pasado debutó en el Festival de Cine de Los Ángeles y hoy se estrena en cines del sur de California.

“La idea de hacer una película como [Mamitas], me vino cuando me mudé de Washington D.C. a Los Ángeles, y llegué a vivir en un área donde me sumergí completamente en la cultura latina y mexicoamericana”, explicó Ozeki, de 31 años.

“Al ver tanta diversidad y la naturaleza vibrante y positiva de la gente de estas dos comunidades, tan presentes en Los Ángeles, quise mostrar en una producción independiente, la belleza de estas culturas”.

Mamitas es su primer largometraje. La cinta tiene como escenario el área de Echo Park de Los Ángeles.

En ella se estrenan en el cine los artistas protagonistas EJ Bonilla (Jordin Juárez) y Verónica Díaz (Felipa).

Los actores Jennifer Esposito, Joaquim de Almeida, Jesse García y el mexicano Pedro Armendáriz Jr. -fallecido en diciembre del año pasado- componen el resto del elenco de la cinta.

El filme fue producido por Adam Renehan a quien Ozeki conoció cuando los dos eran estudiantes en la Universidad Chapman, en el condado de Orange.

El realizador, nacido en Washingtong D.C., se siente realizado con el hecho de que su producción haya obtenido ya varias nominaciones y premios al talento fílmico. El año pasado, por ejemplo, la cinta ganó el premio a la Mejor Película Narrativa del Festival de Cine Urbanworld 2011.

Ozeki, de origen japonés por línea paterna e inglesa por la materna, firmó la película en el verano del año pasado mientras mantenía sus trabajo de maestro de tiempo completo.

“La mayor parte de la filmación la hicimos en la noche y nos tomó más de 20 días filmar todas las escenas, y un año completo en editar y finiquitar la filmación que se hizo en lugar que van a ser muy familiares para la audiencia angelina”, explicó Ozeki.

El también escritor y productor de Mamitas se centró en su primer largometraje en tratar aspectos de la vida diaria de los jóvenes latinos -nacidos o no en este país-, para dar “un mensaje positivo a esta juventud” que muy a menudo crece en áreas con muchos problemas sociales.

“No quise tratar el tema de las pandillas, la violencia, las drogas. Esos están más que explorados”, acotó. “Quise narrar una historia hermosa de la gente latina, que no se ve muy a menudo en la pantalla grande”.

En cuanto al nombre de Mamitas, el también guionista aclaró que en ningún momento escogió esa palabra para resaltar la connotación sexual de “mamacita” (o mujer de cuerpo sensual). “La escogí para capitular la belleza y los aspectos positivos de los pertenecientes a la cultura latina”, resumió.