Un seguro que devuelve tu inversión
Una póliza de vida con retorno de prima te recompensará por seguir vivo
Luis González, de Los Ángeles, desembolsa unos seis mil dólares al año en mensualidades de seguro de vida, y la paga con gusto, pues está contando en conseguir ese dinero de vuelta al cabo de 30 años (unos 150 mil dólares libres de impuestos) cuando la póliza expire suponiendo que todavía está vivo. A los 33, Luis dice: “Tengo toda la intención de vivir más allá de los 30 años que mi seguro cubre y recobrar todo ese dinero”.
Ese mismo sentimiento puede explicar por qué un número creciente de compradores de seguros de vida están buscando, a pesar del costo extra, seguros con retorno de mensualidades o primas (return-of-premium term life insurance policies o ROP en inglés) como alternativa al tradicional, y más barato, seguro de vida de término (term life insurance).
La póliza de vida tradicional ofrece sólo la promesa de que si mueres mientras la póliza está en vigor, tus beneficiarios cobrarán una cantidad que se decidió de antemano. ¿Cuidaste tu salud y sobrevives tu póliza? Entonces es como si hubieras pagado una póliza contra fuego para tu casa: como tu vivienda nunca se quemó, cuando la póliza expire no recibirás nada del dinero que pagaste.
Cada día más personas creen que no llegarán a sacarle provecho a un seguro de vida tradicional, pues el aumento de la esperanza de vida y la duración limitada de la póliza conducen a la idea de que probablemente el dueño del seguro seguirá vivo cuando la póliza llegue a su fin, con lo que se habrá gastado una enorme cantidad de dinero del cual ni él ni su familia recibirán beneficio alguno.
Por el contrario, la póliza de seguro de vida con retorno de mensualidad sugiere que vivir más allá del fin de la póliza es algo fantástico, pues no sólo estás vivo, sino que además recibes dinero. Claro que este beneficio aumenta lo que se paga al mes: una póliza con retorno de prima puede costar alrededor de un 25% a un 50% más al año que el seguro de vida regular. Pero es precisamente esa cantidad adicional -que la compañía de seguros luego invierte- la que proporciona el dinero para las primas que se reembolsan. Es como, digamos, comprar un seguro de vida tradicional e invertir una suma extra que va a crecer a un ritmo constante y sin riesgo.
Una póliza ROP de 30 años es menos costosa que una más corta, porque hay más tiempo para que aumenten los fondos que se han pagado. Aunque las aseguradoras tienden a promover las pólizas de 30 años como un gasto financieramente más sensato, ese compromiso más largo es más difícil de mantener (debido a cambios en la familia, limitaciones presupuestarias, etc.).
Si se cancela antes de tiempo, con una ROP sólo se obtendrán de vuelta una porción de las mensualidades, quizás un 10% después de 10 años en una póliza de 30 años (alrededor de un 35% al cabo de 20 años).
Y si el dueño de la póliza muere, sus herederos recibirán sólo el valor nominal de la póliza (una cantidad de dinero especificada cuando se firmó el seguro), pero no el reembolso de las mensualidades pagadas.
Actualmente, muchos padres solteros, especialmente mujeres jóvenes, están muy interesados en este tipo de cobertura, les preocupa morir y dejar un hijo pequeño sin cobertura, pero también piensan que, como son adultos jóvenes, probablemente sus hijos nunca llegarán a cobrar beneficios de una póliza tradicional (pues su madre o su padre estará aún vivo cuando el término de la póliza expire).
Con una póliza de retorno de prima, esos padres podrían cubrir a sus hijos y, al mismo tiempo, esperar reembolsarse sus mensualidades al cabo de los años.
El futuro financiero de tu bebé
Es importante que los padres que esperan un bebé dediquen un tiempo a pensar en algunas cuestiones financieras relacionadas con la llegada de un nuevo miembro de la familia, como son:
Disponer de una reserva de dinero para imprevistos. Aunque todo esté bajo control para recibir al bebé, siempre puede presentarse un imprevisto, pero si tienes preparado un “fondo de emergencias”, podrás salir del aprieto. Los expertos recomiendan ahorrar una buena cantidad (cinco mil dólares podría ser una suma adecuada) para este tipo de imprevistos.
Revisa la cobertura de tu seguro de vida. Ahora que una criatura dependerá de ustedes, el seguro de vida adquiere más importancia que nunca. Seguramente tienes puesto a tu cónyuge como primer beneficiario. En cuanto nazca el bebé, añádelo como segundo beneficiario.
Informarse sobre el seguro médico. ¿Qué servicios y tratamientos de pediatría cubre tu seguro de salud? ¿Puedes cambiarte para otro más conveniente, o mejorar los términos del que tienes? No esperes a que se presente una enfermedad para ponerte averiguarlo y, tal vez, llevarte una sorpresa desagradable.
Averiguar sobre licencias laborales. Si en el futuro se presenta algún problema con el bebé, ¿tus patrones les concederán licencias para cuidarlos? Las condiciones de este tipo de licencias varían de un centro de trabajo a otro.
Pensar en el day care. Mientras más rápido te ocupes de este asunto más probabilidades tendrás de que tu hijo pueda estar en un mejor day care. Elige el que más te guste y te convenga, visítalo, infórmate de los precios y, si es preciso, anótate en una lista de espera. Si esperas hasta el día justo en que lo necesites para hacer esos trámites, puede que en el day care no haya cupo y te lleves un chasco.
Elegir un guardián. Si sucediera una desgracia y el bebé quedara solo, deben designar de forma oficial un tutor y alguien de plena confianza que administre sus bienes. ¡Esta precaución nunca está de más!
Saldar cuantas deudas puedas. Tener un hijo es entrar en una nueva etapa de la vida. Paga todas las deudas que puedas. Te sentirás ligero y seguro al caminar para ir hacia el futuro con tu bebé.
Pensar en los estudios. Ábranle al bebé un plan 529 para guardar dinero y costearle sus estudios universitarios. En ese tipo de cuenta, el dinero crecerá libre de impuestos federales cuando se use para la educación.