Casas embargadas son un gran peligro
Lo que un día fue el sueño hecho realidad de Ciriaca Rivera, hoy es un nido de malvivientes, un foco de infección para los vecinos que hace poco la vieron salir de ésta con unas cuantas pertenencias.
Lo que un día fue el sueño hecho realidad de Ciriaca Rivera, hoy es un nido de malvivientes, un foco de infección para los vecinos que hace poco la vieron salir de ésta con unas cuantas pertenencias.
No le dio tiempo para más. La orden de desalojo se cumplió cuando su familia habitaba la casa, ubicada en el 10956 de la avenida Wilmington, en Watts. Ahí quedaron casi todas sus pertenencias. Se las han ido llevando pandilleros, vagabundos, prostitutas, ladrones de cobre.
“Entran y salen. Han sacado el boiler [calentador], los cables de electricidad”, dice Tobias Umaña, quien vive frente a la propiedad, inundada y con el techo a punto de colapsar por una fuga de agua. “Da mala impresión, hay niños aquí”, comenta preocupado.
A unas millas de ahí, otra casa embargada también es frecuentada por delincuentes. Localizada en el 1121 de la avenida New Hampshire, se ha convertido en un centro de drogadictos y prostitutas. Entrar pone a prueba al estómago más resistente: hay desechos, preservativos usados, artículos para consumir narcóticos y grafito por doquier.
“He mirado que se reúnen aquí a vender droga”, denuncia Maribel Cruz, quien vive en el vecindario desde 1988. “Tenemos hijos, como cualquier madre me preocupa”.
Ambas viviendas, que forman parte de las más de 800 vandalizadas en toda la ciudad, según cifras del Ayuntamiento, fueron visitadas ayer por grupos comunitarios, sindicatos y funcionarios del Ayuntamiento con el fin de exponer un problema que persiste desde la caída del mercado hipotecario y pese a una ley que exige a las instituciones financieras cuidar las casas embargadas.
De lo contrario, según la norma, promulgada en julio de 2010, será multadas hasta con $100,000.
Pero eso no ha ocurrido. Un reporte de la Alianza de Californianos para el Empoderamiento de la Comunidad (ACCE), que identifica al menos 16 propiedades del Sur de Los Ángeles en esas condiciones, revela que el municipio no ha emitido ninguna sanción a los bancos.
David Lara, vocero del Departamento de Construcción y Seguridad de Los Ángeles, encargada de hacer cumplir la ordenanza, explicó que esto ha pasado porque se otorga un plazo de 30 días a los bancos para que hagan las reparaciones. “No podemos imponerles multas si ellos cumplen”, dijo.
Pero también reconoció que han tenido que enfrentar este reto con menos personal.
Guild Mortgage Company, propietaria de la casa de la avenida New Hampshire, no respondió a las llamadas telefónicas de La Opinión. Mientras que Bank of New York Mellon, fiduciaria de la vivienda en la avenida Wilmington, negó ser responsable de su mantenimiento. “Eso corresponde al agente de hipotecas”, dijo su vocero Kevin Heine, quien no supo el nombre de esa compañía.
Yuseff Robb, vocero del concejal Eric Garcetti, autor de la ordenanza, mencionó que, más allá de buscar ingresos, la norma pretendía eliminar los focos rojos de las comunidades. Uno de sus logros, resaltó, fue la demanda que interpuso la Procuraduría local contra el gigante Deutsche Bank el año pasado.
Pero no todos están conforme con sus resultados. “Lo que el grafito me dice es que ellos [los bancos] no tienen asegurada la propiedad, que se congregan para realizan actividades en detrimento de la gente que vive en esta comunidad”, comentó la concejal Jan Perry, mientras recorría otra casa abandonada, en la calle 56, en el surcentro de la ciudad.