Christopher Nolan está triste
El realizador Christopher Nolan dice adiós a la exitosa franquicia de Batman con 'The Dark Knight Rises'.
Christopher Nolan, el director de la renovada y aclamada franquicia sobre Batman, se despide de ella con The Dark Knight Rises, una de las películas más esperadas del año y el capítulo final de la saga a la que se ha encomendado durante una década.
“Llegar hasta aquí es satisfactorio desde el punto de vista de que hemos acabado lo que queríamos hacer, pero es muy triste decir adiós. No me refiero a los actores y al equipo de producción, con quienes espero seguir trabajando, pero sí a los personajes. Hemos tenido una buena relación y me han inspirado. Es triste decir adiós a Batman”, dijo el británico en una reciente entrevista.
Nolan, autor de Memento (2000) e Inception (2010), emprendió las nuevas aventuras del hombre murciélago en 2005 con Batman Begins, donde renovó el universo de ese personaje del cómic que anteriormente conoció unas adaptaciones cinematográficas muy populares de la mano de Tim Burton y Michael Keaton.
Ese tándem rodó dos cintas (Batman, 1989, y Batman Returns 1992) antes de que otro equipo tomara las riendas de la saga en Batman Forever (1995) y Batman & Robin (1997), ambas dirigidas por Joel Schumacher aunque con distinto rostro detrás del superhéroe: Val Kilmer y George Clooney, respectivamente.
Con Christian Bale al frente de Batman Begins, Nolan, que dedicó dos años a la puesta a punto de aquel guion, apostó por un tono solemne, reflexivo e hiperrealista, con unos personajes profundos y sin perder de vista la espectacularidad de las grandes producciones.
Su debut en la saga se saldó con una recaudación de más de 370 millones de dólares, pero fue la siguiente entrega, The Dark Knight, la que dejó huella.
“Nunca esperé su éxito abrumador”, admitió. “Se convirtió en un verdadero fenómeno, y eso es algo que uno nunca debe aspirar a lograr. Simplemente ocurrió. En la primera quisimos contar los orígenes del personaje y confiamos en que la gente creyera la historia de Bruce Wayne y su viaje como Batman. Es algo que podría ocurrir en la vida real”, agregó.
La segunda entrega de la saga es actualmente la cuarta película de mayor recaudación en la historia, con más de mil millones de dólares. Ganó dos Oscar, uno de ellos póstumo al mejor actor de reparto para Heath Ledger, por su papel del malvado Joker.
The Dark Knight Rises, que estará en las salas de cine el viernes, arranca ocho años después de los hechos que ocurren en la anterior cinta.
La paz parece instalada en Gotham City y las autoridades ya no necesitan al superhéroe enmascarado, hasta que una nueva amenaza acecha a la ciudad de la mano de Bane (Tom Hardy), un terrorista con planes para destruir la megalópolis, con escenas que traerán a la memoria del espectador momentos del 11-S o las recientes revueltas en Wall Street.
Su aparición obligará a Batman a regresar a escena justo cuando otro personaje peculiar se cruza en su vida: la peligrosa y atractiva Catwoman (Anne Hathaway).
“Pensé en ella [Anne Hathaway] porque sabía que podría aportar dos cosas fundamentales aparte de su talento: su capacidad para meterse en la psicología de un personaje real y su tremenda presencia, capaz de cautivar al espectador con su energía. A la gente le maravillará ver lo que ha hecho Anne con el personaje”, afirmó Nolan.
En estos años el realizador se ha caracterizado por un gran secretismo en los rodajes para evitar filtraciones que desvelaran sorpresas, algo que, según él mismo admite, “cada vez es más difícil de conseguir”.
“El proceso de rodar una película de forma privada es un reto. Me gusta hablar más de privacidad que de secretismo. Intento hacer la película en privado para dar al público esa sorpresa. En un truco de magia se respeta esa privacidad. Pero todo el mundo tiene una cámara en el móvil y sabíamos que algunas cosas iban a salir”, declaró.
A sus 41 años, al borde de los 42 -como no teme recordar-, al director se le abre ahora todo un horizonte de posibilidades en cuanto a su próximo proyecto, pero por el momento sólo piensa en sus vacaciones y en el reciente honor con el que fue distinguido.