‘Salir de Adelanto fue un milagro’: pastor Allan Altamirano

Está en proceso de solicitar DACA, tras 20 meses de detención

El pastor Allan Altamirano es liberado del Centro de Detención de Adelanto. / fotos: suministradas.

El pastor Allan Altamirano es liberado del Centro de Detención de Adelanto. / fotos: suministradas.  Crédito: Cortesía

Después de 20 meses de permanecer encerrado en el Centro de Detención de Adelanto, el pastor Allan Altamirano, consiguió su libertad a principios de marzo.

“Salí libre por voluntad de Dios. ¡Fue un milagro!, dijo el pastor durante una entrevista con La Opinión.

El pastor Altamirano llevaba toda una vida en el país cuando fue arrestado por agentes de migración el 29 de agosto de 2019, 26 días después de casarse con la pastora Jael Serrano, madre de sus 4 hijos de 12, 6, 4 y 3 años.

Eran como las 5 de la mañana, cuando manejaba mi carro y los agentes de migración me hicieron una parada normal de tránsito. Yo pensé que había cometido un error. Tuve que llamar a mi esposa para que fuera por el niño que llevaba a la escuela”, relató el pastor de 35 años.

Allan Altamirano fue detenido por ICE durante 20 meses. (Suministrada)

Él y su familia viven en la ciudad de Corona en el condado de Riverside.

Antes de su arresto, el pastor se ganaba la vida como técnico en aire acondicionado.

“Vine de México en 1988 cuando tenía tres años de edad”, recordó el religioso.

Atribuyó su detención a una orden de deportación previa. “Lo que pasó es que en 2004, fui a Tijuana y al regresar, me pusieron una orden de deportación, aún cuando estaba en el proceso de residencia porque mi papá me había pedido”.

El asunto lo pudo resolver de inmediato y regresó al día siguiente por medio de un I-94, un permiso del gobierno estadounidense. “Pero nunca se borró la deportación que me dieron un día antes, y de ahí se agarraron los agentes de Migración para arrestarme”.

Cuando lo detuvieron, dice que realmente lo invadió el miedo. “Me preguntaba por qué. Siempre había sido un buen ciudadano. Considero a este país como mío. Vivo aquí desde los 3 años”.

El pastor Allan Altamirano con su esposa Jael Serrano antes y durante la detención migratoria. (Cortesía Jael Serrano).

Pero sin duda, reconoció que estaba espantado porque no tenía certeza de lo que iba a pasar con él. “Nunca había estado encarcelado y el lugar era espantoso”.

Durante su encierro de casi 2 años en Adelanto, cayó enfermo del corazón y pasó 6 días en el hospital.

“Tuve muchos problemas de salud debido a las condiciones del lugar, el servicio médico deficiente y la mala alimentación. Una vez me desmayé”, recordó.

Lo único que lo mantuvo a flote durante los meses que permaneció en detención fue la fortaleza de su fe.

“Formé un estudio bíblico con 28 detenidos”, dijo.

Y reveló que antes de ser arrestado por migración,  uno de sus sueños era predicar por el mundo.

“Nunca imaginé que lo cumpliría dentro de una cárcel. Le predicaba a centroamericanos, africanos, asiáticos, rusos, sudamericanos y rusos”.

Y cuando el COVID-19 irrumpió en la escena de Adelanto, las condiciones del encierro empeoraron.

“Cada vez que alguien salía positivo, nos encerraban a cuatro en un cuarto y solo nos dejaban salir una hora al día, pero la cosa es que compartíamos todo. Así que no servía de mucho”.

Y hubo momentos en los que eran puestos en cuarentena en ‘el hoyo’. “Son dos pisos, en donde nos ponen a uno por celda, sin dejarnos salir”, explica.

El pastor Altamirano con su esposa Edel Serrano al salir libre de Adelanto. (Cortesía Allan Altamirano)

No fue hasta octubre pasado que les empezaron a dar mascarillas.

“Los primeros meses ni los oficiales usaban mascarilla”.

Tampoco volvió a ver en persona a su esposa ni a sus hijos desde marzo cuando irrumpió la crisis de salud generada por COVID.

“Fui el último detenido que pudo tener visita en marzo”.

Durante los 20 meses de encierro, y casi un año de pandemia, el pastor hizo ver que en medio de su situación, no le quedó otra más que aceptar lo que “el Señor le daba”.

Así que cuando pudo ver la luz del sol y libre de los barrotes carcelarios, consideró que se trataba de un verdadero milagro de Dios.

“Yo no esperaba nada. Había dejado todo en manos de Dios quien nos pide confiar en él. Ya la Corte del Noveno Circuito me había negado el caso. Pero un día después, el 4 de marzo aceptaron reabrirlo; y el 5 de marzo me avisaron que saldría libre”.

Cuando fueron a recogerlo, admitió que entró en estado de shock por la alegría de saberse en libertad. “Fue una sorpresa. No cabe duda de que la fe movió montañas. Yo solo acepté la voluntad de Dios y confié”.

Y reveló que al llegar a su casa y ver su cuarto, se soltó a llorar. “No lo podía creer”.

A 10 días de que la pesadilla del encierro terminó, dijo que estar libre y reunificado con su familia han sido una experiencia maravillosa. 

“Todos los días, mi esposa y yo contamos nuestras bendiciones”.

Pastor Allan Altamirano espera arreglar su estatus migratorio. (Cortesía Allan Altamirano)

Unityest19.com 

Al poco tiempo de que el pastor Altamirano fue llevado en custodia por el ICE, su esposa creó la organización  no lucrativa Unityest19.com para vender artículos como camisetas, hoodies (sudaderas con capuchas), pantalones, ropa de bebe, tazas y otros productos, y con las ganancias ayudar a los detenidos en Adelanto y a sus familias.

“Lo que sucedió fue que cuando a mi esposo lo detienen, mi suegra le mandaba dinero para que se comprara cosas en la Comisaría – la tienda – del Centro de Detención, pero él se lo gastaba comprándole a otros inmigrantes detenidos”, dice su esposa, la pastora Jael.

Fue entonces que se preguntó cómo podía ayudarlos. “Muchas familias se quedan en una situación difícil cuando detienen al esposo, porque es el principal proveedor del hogar”.

Con la creación de su sitio web Unityest19.com ha podido ayudar a 20 familias. “A los detenidos les depositamos dinero para que compren en la comisaría de Adelanto, y a las familias les proporcionamos cosas como pañales o comida que sus hijos necesiten”.

El pastor se ha unido al trabajo que su esposa hace en Unityest19.com para ayudar los inmigrantes en Adelanto.

“Es una alegría trabajar en esta tarea. Y estoy muy contento con tanto amor que me han dado. Después de esta experiencia, me enamoré más del Señor”.

Muchos líderes de fe abogaron por la liberación del pastor Allan Altamirano. (Cortesía pastor Guillermo Torres).

Días después de recuperar su libertad, el pastor Altamirano presentó una petición de residencia I-130 a través de su esposa quien es ciudadana de Estados Unidos, pero al mismo solicitó DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) para la que calificó tras la reapertura del programa que hizo el presidente Biden al inicio de su gobierno en enero.

“Ya estoy en proceso de hacerme las huellas dactilares y espero recibir muy pronto un permiso de trabajo”.

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