‘Ya huele a Todos Santos: ¡son las flores de cempasúchil!’

El oaxaqueño Zeferino García cuenta como él y su esposa María Francisco se lanzaron a la siembra de la tradicional flor del Día de Muertos

Zeferino García y su esposa María Francisco cortan las flores de cempasúchil en su rancho en Ventura. (Araceli Martínez/La Opinión)

Zeferino García y su esposa María Francisco cortan las flores de cempasúchil en su rancho en Ventura. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

Cuando Zeferino García era un niño, cortaba flores y las vendía en su pueblo San Francisco Yatee en la sierra norte de Oaxaca. Lo que nunca cruzó por su imaginación era que un día tendría un rancho en California, donde dedicaría una parte de su terreno a la siembra de las tradicionales flores del Día de Muertos, el cempasúchil.

Solo que ahora en lugar de venderlas en la plaza de su pueblo, las ofrece a sus paisanos en sus pequeños negocios de Los Ángeles.

“La idea de sembrar flores de cempasúchil me vino porque mi esposa María Francisco y yo estamos involucrados en el mercado, y fuimos criados en la naturaleza. ¿Por qué no sembrar flores para decorar los altares?”.

Zeferino es propietario del restaurante El Chapulín (Expresión Oaxaqueña), de una tienda de artesanías, una panadería y un par de supermercados, La Mayordomía.

“En nuestros mercados, tenemos todo lo que se necesita para la celebración de Todos Santos y para el altar como pan de muertos, mezcal, pero nos faltaba la flor de cempasúchil”.

Y como hace poco más de dos años lograron hacer realidad su sueño de comprarse un rancho en el condado de Ventura para sembrar sus quelites, hierbas, vegetales y frutas, decidieron lanzarse a sembrar flores de cempasúchil.

Zeferino García y María Francisco como peces en el agua en la siembra de flores de cempasúchil. (Araceli Martínez/La Opinión)

Hoy buena parte de su campo, se encuentra tapizado de flores de cempasúchil amarillas y de color naranja. 

“A veces no se consiguen tan frescas en Los Ángeles. No hay cómo sembrarlas y cortarlas nosotros mismos. La cortamos en la mañana. Por la tarde, ya las tenemos a la venta”.

Dice que no es tanto lo que le ganan al cempasúchil, pero les ayuda a que la gente se anime a comprar otras cosas cuando va por sus flores. 

Pero además las cultivan y venden como una manera de mantener vivas sus tradiciones.

“Venimos de una cultura de muchas fiestas. Oaxaca está dividida en 8 regiones que engloban muchos pueblos, y cada pueblo tiene sus festividades y su santo patrón. Muchas de nuestras costumbres se asemejan, pero Todos Santos se celebra en todos los pueblos y en la ciudad”.

Las flores de cempasúchil se llevan a las tumbas de los seres queridos, pero también sirven de adorno en los altares de los santos difuntos.

“En las ofrendas de las familias de nuestro pueblo, no puede faltar las fotos de los familiares que se nos han adelantado, y la tortilla de elote, las frutas de la temporada como la mandarina, las guayabas”.

Zeferino García se siente realizado al poder sembrar las flores de cempasúchil. (Araceli Martínez/La Opinión)

Pero sobre todo colocan lo que más le gustaba en vida al difunto. “El champurrado, un plato de mole, cacahuates, frutas, pan de muerto. 

Y lo que no puede faltar para adornar y darle esencia a la celebración, es la flor de cempasúchil que simboliza el camino para guiar a quienes se han adelantado a la vida eterna.

Las festividades del Día de Muertos para rendir culto a los fallecidos se celebran el 1 y 2 de noviembre en México y otros países. Desde semanas antes, se empiezan a ver las flores de cempasúchil en los mercados y florerías.

“Cuando percibimos su aroma, decimos, ya huele a todos santos”.

Con la ayuda de su cuñado José, Zeferino siembra las semillas de las flores de cempasúchil a principios de agosto.

“Como para el 10 de octubre, ya empezamos a ver el campo anaranjado y amarillo”.

Desde la semana pasada comenzaron a cortarlas, pero esperan cosechar completamente la próxima semana. 

“Ya muchas personas nos han pedido las flores. Muchas escuelas y museos han empezado a hacer sus altares”.

María Francisco apoya a su esposo Zeferino García en la siembra del cempasúchil. (Araceli Martínez/La Opinión)

Por segundo año consecutivo, esta celebración de Todos los Santos, nos va traer tristes recuerdos, dice Zeferino. 

“Tantas personas que se nos fueron con la pandemia. Será una celebración de Todos Santos con mucho sentimiento”.

Pero para él, ofrecer flores frescas a sus clientes es una alegría. “Ahora sí que las flores de cempasúchil van del rancho a sus ofrendas”.

Hace más de 30 años que Zeferino emigró de Oaxaca a Los Ángeles. Antes de hacerse pequeño empresario, fue lavaplatos, mensajero, vendedor ambulante de hot dogs y hasta la hizo de cantante. “Yo canto y toco la guitarra. Cuando recién abrí mi primera tienda en la que vendía cassettes de música tradicional de Oaxaca, y no ganaba mucho, me iba a los restaurantes a cantar y tocar la guitarra”.

Hoy con cinco pequeños negocios, dice que se siente complacido de proveer productos frescos y naturales a sus paisanos con la idea de que se sientan como si estuvieran en Oaxaca. 

Zeferino García en el corte de la flor de cempasúchil. (Araceli Martínez/La Opinión)

Sin embargo, dice que algo que le ha servido bastante, es siempre tratar de hacer el bien al prójimo. “Dos o tres cositas buenas al día, y eso te da una gran paz. Luego te encuentras con gente que ni te esperabas que te iba a tender la mano”.

Por eso dice que más importante que lo económico es la amistad y el respeto a sus semejantes.

Zeferino quien era maestro de primaria en Oaxaca, dice que vino a Estados Unidos con la idea de ahorrar para construir una casita en su pueblo y regresar a poner un pequeño negocio. “Pero eché raíces y ya llevó la mitad de mi vida aquí”.

Ni duda cabe que tener su propio rancho lo hace sentir como el pez que regresa al mar o al lago. “Nosotros fuimos criados en la naturaleza y salir de Los Ángeles para venir al campo, me hace muy feliz”.

Y lo hace sentirse un hombre de éxito, poder sembrar cempasúchil en su propio campo. “Es como regresar a mis raíces”.

Puedes encontrar las flores de cempasúchil de Zeferino y María en el restaurante El Chapulín, ubicado en 3301 W Pico Blvd de Los Ángeles, o en cualquiera de sus tiendas Mayordomía.

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