Alertan que rifle de francotirador más poderoso del mundo está en manos del narco en México
La incapacidad de castigar a los traficantes de armas en Estados Unidos ocasionaría que México sea el cliente favorito en el mercado negro, principalmente a cárteles como el CNJG y el de Sinaloa
Rumbo al próximo 12 de abril, cuando se realice la audiencia sobre demanda de México contra fabricantes de armas en EE.UU., Smith & Wesson, Century Arms, Colt´s Manufacturing, Glock, Ruger y Barrett, en el país vecino alertan que el rifle de francotirador calibre .50, una de las armas más letales el mundo, son cada vez más comunes en el crimen organizado.
De ahí que existe en el territorio mexicano una preocupación por el uso de esta poderosa arma de guerra capaz de disparar 70 balas por minuto con un alcance de 2 mil 500 metros.
El Barrett .50 está considerado como el rifle más poderoso del mundo. Perfora estructuras blindadas e incluso el cemento y es capaz de derribar aeronaves, como ya se vivió en 2016, cuando un grupo de narcotraficantes derribó un helicóptero del ejército mexicano.
De acuerdo a la revista Vice, los rifles de francotirador calibre .50 se destacan del resto del arsenal incautado en Michoacán, zona cero de una de las guerras de cárteles más sangrientas de México.
“Ese es el calibre más alto que hemos tenido”, dijo Pedro Gutiérrez, titular de la Coordinación General de Servicios Periciales en Michoacán.
Al igual que Gutiérrez, Tim Sloan, jefe de la sucursal de México de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de EE.UU., confesó su preocupación, principalmente porque la mayoría de estos rifles provienen de armerías estadounidenses.
Sloan acepta que el gobierno de México tiene motivos para preocuparse por estas armas, pues “es bien sabido que al menos el 70 por ciento de las armas en México provienen de Estados Unidos”.
De la misma manera, David Pucino, abogado principal adjunto El Centro de Leyes de Giffords para Prevenir la Violencia con Armas en EE.UU., actualmente “No existe una ley federal que prohíba el tráfico de armas de fuego, lo que significa que los casos que se construyen para el tráfico de armas de fuego deben basarse en otras leyes”, citó la revista.
El problema radica en el concepto de que Estados Unidos no venden armas de forma clandestina, por lo cual no existe un mercado negro para los ojos de la justicia; la adquisición de armas se da por medio de terceros que compran las armas en un sin número de tiendas legales que existen.
De ahí que el mismo Pucino enfatiza la necesidad de “Tener una ley federal que prohíba expresamente el tráfico de armas de fuego, que tenga fuerza, realmente sería de gran ayuda, tanto en términos de permitir que las fuerzas del orden público le dediquen los recursos como permitir que los fiscales construyan esos casos de una manera sólida sin tener que hacer este tipo de trabajo creativo [para procesarlos por cargos menores]”.
Incluso, se hace una crítica al presidente de EE. UU., Joe Biden, quien la publicación afirma se ha mantenido relativamente callado sobre el tráfico internacional de armas, y en su lugar abogó por verificaciones de antecedentes universales en su discurso sobre el Estado de la Unión de 2022.
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