La pobreza en Oxnard no la detuvo para convertirse en doctora
Margarita Martínez espera no solo servir a su comunidad, también animar a más latinos a estudiar una carrera de medicina
Margarita Martínez, orgullosa hija de trabajadores de los campos de Oxnard, se graduará este 21 de mayo como doctora de California University of Science and Medicine en San Bernardino.
Para el mes de junio comenzará su practica en el hospital Harbor UCLA en Torrance como doctora en medicina interna.
La doctora de 32 años dijo que es la menor de cinco hijos y la primera en obtener un título universitario. Contó que sus padres y hermanos están muy orgullosos de sus logros ya que pese a conocer la dificultad de la pizca de la fresa y moras en los campos también tienen el orgullo de tener una doctora en la familia.
Contó que pese a que no ha recibido el título formalmente si le ha tocado ser la doctora de sus padres y sus tíos cuando va a visitarlos.
“Me hacen muchas preguntas médicas como relacionadas con el medicamento y la alta presión y sé que no entienden bien la medicina y yo me encargo de explicarles”, dijo Martínez.
La joven nacida en Ventura de padres mexicanos dijo que fueron las experiencias personales así como las de algunos familiares y conocidos que la motivaron a estudiar medicina.
Contó que desde muy pequeña le tocó ser la traductora de sus padres cuando iban al doctor. Como familia de bajos recursos los Martínez tenían solamente el Medi-Cal pero en varias ocasiones enfrentaban problemas ya que en algunas clínicas no aceptaban el seguro médico del gobierno.
También, su madre le contó que cuando estaba embarazada siempre tenía el mismo problema en sus citas médicas ya que, debido a que no hablaba inglés, no podía explicarle al doctor como se sentía.
Martínez dijo que todos sus hermanos se vieron obligados a trabajar para ayudar a sostener el hogar y ella fue la única que tuvo la oportunidad de continuar su educación superior después de graduarse de la preparatoria en el 2008.
“Yo no sabía que iba a hacer con mi vida pero mis padres me animaron a seguir estudiando y entré al colegio comunitario en Ventura”, dijo la joven.
Una vez que estaba en el colegio participó en grupos como Math, Engineering, and Science Achievement (MESA) que la apoyaron para que explorara oportunidades de educación en la medicina. Participó como voluntaria en un hospital y le agradó la idea de ayudar a los pacientes, quienes a su vez se sentían muy contentos de ver que había alguien que hablaba español y se parecía a ellos.
Esto le motivó a querer incursionar en la medicina y después de dos años de colegio comunitario se transfirió a la UCLA para estudiar bioquímica. Ahí también fue parte de la Latino Medical Student Association (LMSA).
Nuevos obstáculos
Pese a que ella se encontraba muy emocionada de poder comenzar a estudiar la carrera que le apasionaba también sintió temor y una sensación de no pertenecer a la escuela que estaba atendiendo.
“Se siente uno inferior porque habían muchos estudiantes que no eran como yo [física o económicamente]”, recordó la joven doctora.
Adicionalmente, su ayuda financiera era limitada así que ella también tenía que limitar sus gastos lo que incluía no salir a comer fuera y ser extremadamente cautelosa con sus gastos.
El primer año logró conseguir ayuda financiera para pagar un apartamento y el segundo tuvo que comenzar a manejar del trabajo a la escuela para poder ahorrar dinero.
Una vez que se graduó en el 2013 decidió regresar a Oxnard y trabajar en una clínica local. Su objetivo era tomar un descanso de los estudios pero sin alejarse de la medicina mientras pagaba deudas que había acumulado.
En el 2018 reingresó para continuar la carrera en la California University of Science and Medicine en San Bernardino.
Mas doctores latinos
Martínez dijo que se siente afortunada de poder terminar su carrera pero le gustaría ver a más latinos incursionar en la medicina ya que estamos escasos de doctores latinos.
En su clase de 64 estudiantes que se graduarán no hay ningún hombre latino y hay tres latinas pero ella es la única con ambos padres latinos.
En el 2019 la Asociación de Colegios Médicos Estadounidenses (AAMC) indicó en un reporte que la escasez de médicos en Estados Unidos podría empeorar en los próximos 15 años, ya que la representación de médicos negros y latinos no reflejan la diversidad del país.
En ese año solo el 3.8% de los médicos se identificaron como hispanos, latinos o de origen español. Sin embargo, se proyectó que se necesitarían casi 45,000 nuevos médicos en la próxima década y media para atender a la población hispana, la cual es la de mayor rápido crecimiento en el país.
Sin embargo, para el 2020, y con el inicio de la pandemia del covid-19 el número de aplicantes a la medicina aumentó levemente. La AAMC reportó que el número de estudiantes de primer año en las facultades de medicina de Estados Unidos aumentó un 1.7 % en el año académico 2020, con un aumento en los estudiantes negros, latinos o de origen español e indios americanos o nativos de Alaska.
De ese total los latinos aumentaron un 8.6 %, hasta los 2,678.
Martínez dijo que la razón puede ser porque no hay muchos mentores que se parezcan a los latinos para motivarlos a estudiar la carrera.
“Aparte el sentido de inferioridad, el dinero para accesar a la universidad y pensar que no son capaces de tomar la carrera es lo que detiene a muchos”, dijo la doctora.
Ella dijo que espera ser el cambio y convertirse no solo en una doctora que habla español y entiende la cultura de los latinos, también una mentora para las nuevas generaciones.