Viven en Santa Ana un momento de esperanza que puede incrementar el sentido de pertenencia

La comunidad migrante sin documentos podría tener la oportunidad de votar en elecciones municipales

Es mucho lo que está en juego en las elecciones del 5 de noviembre de 2024.

Es mucho lo que está en juego en las elecciones del 5 de noviembre de 2024. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Cuando Laura Pantoja se mudó de la Ciudad de México a Santa Ana, hace 25 años, se sentía un poco sola después de dejar atrás a su familia y país. Y aunque la mayoría de la ciudad hablaba español y tenía una gran población de migrantes de México, la desconexión con la ciudad y falta de derechos la limitaban y no le dejaban sentirse plena.

Al llegar al país notó que la cultura era más individualista, muchas calles sin gente, y parecía que las personas solo salían de su casa en carro para ir a trabajar.

“Uno tiene miedo de vivir aquí porque hay una incertidumbre sobre migración”, explica Pantoja. “Tiene uno que tener cuidado con la policía para que no te vean, no hacerte notar y cosas así que siempre te dan el sentido de no pertenecer”.

Por suerte a través de amigos y familiares, Pantoja pudo ser voluntaria en la organización de Hermandad Mexicana que brinda servicios y protege las necesidades y derechos de los inmigrantes de habla hispana.

Ahí es donde la mujer inmigrante encontró la comunidad y el apoyo que necesitaba, al tiempo que por primera vez se interesó en la política local. 

“Empecé a ir a las juntas del Concilio para hacer preguntas a los concejales, aprendí cómo trabaja el sistema político en este país, y cómo se hacen las leyes”, subraya.

Un cuarto de siglo después, la mujer inmigrante trabaja como productora y organizadora para la organización Latino Health Access; además, es parte de la coalición Familias de Santa Ana por Elecciones Justas (SAFFE) que actualmente está en la lucha para que todos los residentes en edad de votar, independientemente de su estatus migratorio, puedan participar en las elecciones locales.

La coalición SAFFE fue formada en el verano del 2023 y compuesta de residentes mexicanos, centroamericanos, vietnamitas, jóvenes, adultos y organizaciones que están a favor de ampliar los derechos electorales para todos los residentes de Santa Ana, incluyendo los no ciudadanos. 

En noviembre de 2024, votantes en la ciudad de Santa Ana podrán decidir si se modifica el estatuto de la ciudad para darle a los no ciudadanos la oportunidad de votar en todas las elecciones municipales empezando en el año 2028. 

De acuerdo con un reporte del instituto Vera, en el 2023 había un poco más de 74,000 personas que son no ciudadanos en la ciudad de Santa Ana, algo así como el 25% de la población total.

Carlos Perea, director ejecutivo del instituto Harbor para la Justicia Inmigrante y Justicia Económica, también es parte de la coalición SAFFE y explicó que uno de cada cuatro residentes en Santa Ana no tienen la ciudadanía, es por eso que no han podido votar para tener la representación que necesitan.

“Los inmigrantes y los refugiados son la espina dorsal económica de la ciudad. Nosotros pagamos impuestos cuando compramos algo en la tienda o en cualquier transacción de la ciudad”, explicó Perea. 

Perea agregó que ellos tomaron con inspiración lo que sucedió con los padres en San Francisco, una ciudad donde los padres de familia que no son ciudadanos se organizaron para poder votar en elecciones escolares que afectan a sus hijos.

En su libro Democracy For All, el científico político Ron Hayduk explicó que aunque tal vez sorprenda a las personas, muchas personas no ciudadanas han votado en elecciones a nivel local, estatal y federal en por lo menos 40 estados de 1776 hasta 1926, incluso, algunos inmigrantes no ciudadanos ocuparon cargos públicos como concejal y forense.

Además de San Francisco, actualmente 17 ciudades en los Estados Unidos tienen diferentes leyes que permiten el voto de no ciudadanos en elecciones locales.

Aunque en otras ciudades como Takoma Park, que recientemente celebró 30 años del voto de personas no ciudadanas en el estado de Maryland, la participación de votantes no ciudadanos no es muy alta, el porcentaje de votantes es similar al de los ciudadanos.

En el 2017, según datos de la ciudad de Takoma Park, de los 347 votantes no ciudadanos registrados en la ciudad, solo 72 emitieron su voto, lo que representa aproximadamente el 20% de los registrados para votar, mientras la participación general en 2017 fue del 22%.

Pero de acuerdo con Perea, el derecho de votar no tiene que estar relacionado con la participación de las personas en las elecciones; además, consideró que cada ciudad es diferente y los resultados en Santa Ana pudieran ser mejor.

“Creo que vamos a poder registrar a muchísimas personas para votar, específicamente porque la comunidad más activa cívicamente en Santa Ana son los inmigrantes”, expresó Perea. “Toda nuestra campaña es liderada por residentes inmigrantes que se beneficiarán al participar en una elección”.

Aunque hay muchos residentes a favor del voto para los no ciudadanos, el residente Jesse S. que es originario de México no lo ve bien.

Durante un comentario público del Concilio de Santa Ana, Jesse explicó que los inmigrantes si contribuyen a la comunidad, pero dio datos diferentes de crímenes cometidos por inmigrantes.

“Aun así quieren darles el derecho a votar? Qué vergüenza”, dijo el residente. “Yo digo que no”.

El concejal Johnathan Ryan Hernández explicó que recientemente James V. Lacy, cofundador y socio director de Wewer & Lacy, LLP, que se centra en cuestiones de derecho electoral y derecho de organizaciones sin fines de lucro, cuestionó a la ciudad legalmente, no sobre la base de si la votación era legal o no, sino sobre la definición de no ciudadanos.

“No quería que describiéramos a los no ciudadanos como contribuyentes o padres”, explicó el concejal Hernández, quien subrayó que la medida que permite a los no ciudadanos votar está avanzando y estará en las elecciones de noviembre. 

En la ciudad de Santa Ana, el concejal ha abogado para que los residentes no ciudadanos en la ciudad puedan votar; además, asegura que la cuestión del sufragio de los no ciudadanos en los Estados Unidos es algo que se puede abordar localmente.

Si pasa el voto en noviembre, el concejal dice que las comunidades de inmigrantes empezarán a tener el respeto y la dignidad que siempre debieron haberles brindado sus gobiernos ya que históricamente se les ha negado y han sido ignorados debido a su estatus legal.

“Debido al hecho de que las personas sin documentos no han podido participar en las elecciones locales, históricamente se les ha privado de sus derechos y sus vecindarios no han obtenido los fondos adecuados para que las familias prosperen”, dijo el concejal Hernández. “Y todo esto tiene que ver con su capacidad para participar en el proceso político”.

Pantoja explicó que ve a muchos jóvenes en la ciudad que necesitan más programas educativos, bibliotecas (ya que solo tienen dos bibliotecas), más vivienda y otras cosas para beneficien a toda la comunidad.

“Este momento para mí es como un despertar y una esperanza”, explicó Pantoja. “Es una señal de que la vida de las familias en Santa Ana va a cambiar y también para futuras generaciones”. 

Actualmente, la ciudad de Santa Ana tiene una población de 311,379 con el 77% de la población siendo hispana, según datos de la oficina del Censo de los Estados Unidos.

De acuerdo a la misma oficina gubernamental, 127,000 de los residentes de Santa Ana, que representa el 40.9% de la población total de la ciudad, nacieron fuera de los Estados Unidos, una cifra que es más alta que el promedio nacional del 13.6% de la población.

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