Gripe aviar y mpox podrían ser amenazas de pandemia según un informe

El profesor Chris Whitty advierte que una futura pandemia es inevitable. La preparación para enfrentarla es crucial, según las lecciones de la COVID-19

Gripe aviar y mpox podrían ser amenazas de pandemia según un informe

Crédito: H_Ko | Shutterstock

El profesor Sir Chris Whitty, médico jefe de Inglaterra, ha lanzado una advertencia sobre la inminencia de una futura pandemia que podría ser tan devastadora como la COVID-19. Según Whitty, es “una certeza” que el mundo se enfrentará a otra crisis sanitaria global en algún momento, y es fundamental que los científicos comprendan las posibles amenazas que acechan. Este llamado de atención subraya la importancia de la investigación y el desarrollo sobre enfermedades emergentes y la necesidad de estar preparados ante escenarios similares al vivido durante los últimos años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene una lista de enfermedades infecciosas prioritarias para la investigación debido a su alto potencial epidémico. La mayoría de estas enfermedades son zoonóticas, es decir, se transmiten de animales a humanos. Este hecho es particularmente en el contexto del cambio climático y la destrucción de hábitats naturales, factores que fuerzan a los animales a convivir más cerca de los humanos. A medida que los ecosistemas se ven alterados, las interacciones entre especies se intensifican, aumentando las probabilidades de que virus y otros patógenos crucen la barrera entre especies.

A pesar de que la gripe ha sido responsable de cuatro de las cinco pandemias más importantes desde el siglo XX, no está incluida en la lista de enfermedades prioritarias de la OMS. Esto se debe a que la gripe es un virus bien conocido y existen estrategias de control bastante desarrolladas. Sin embargo, la gripe sigue siendo motivo de preocupación debido a su capacidad para mutar rápidamente y evadir la inmunidad adquirida. Cada año, las nuevas variantes de la gripe infectan a miles de personas en el Reino Unido, causando hasta 10.000 muertes anuales, lo que resalta el desafío de mantener una vacunación efectiva, con una eficacia que ronda solo el 50%.

Los virus de ARN, como la influenza, el coronavirus y el VIH, representan una amenaza particular debido a su habilidad para mutar más rápido que otros virus. Esta capacidad les permite escapar más fácilmente de la inmunidad existente, lo que convierte a estos patógenos en amenazas pandémicas recurrentes. Entre estos virus, el SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, sigue siendo una prioridad de investigación para la OMS, junto con otros coronavirus como el MERS y el SARS, ambos causantes de brotes epidémicos en años anteriores.

La experiencia con la COVID-19 ha dejado lecciones importantes, especialmente en cuanto a la preparación para futuras pandemias. En el Reino Unido, las estrategias iniciales estaban orientadas a controlar una posible pandemia de gripe, pero se demostró que estas medidas eran insuficientes ante un patógeno con características diferentes, como el SARS-CoV-2. Whitty ha insistido en que estar preparados para una pandemia no es solo una cuestión técnica o científica, sino una decisión política. La capacidad de respuesta de los sistemas de salud, como la del Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido, depende de la voluntad política para asignar los recursos necesarios.

Además de las enfermedades respiratorias, la OMS también ha incluido en su lista de vigilancia varias fiebres hemorrágicas, como el virus del Ébola, el virus de Crimea-Congo y la fiebre del Valle del Rift. Estas enfermedades, que afectan principalmente a África y Asia, tienen un alto potencial pandémico debido a su letalidad y a la posibilidad de propagación rápida. El virus Nipah, originado en murciélagos y con una tasa de mortalidad del 40-75%, también es motivo de preocupación, especialmente porque no existe una cura conocida hasta la fecha.

Otro factor que aumenta el riesgo de futuras pandemias es el cambio climático. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos están extendiendo el hábitat de vectores como las garrapatas, que transmiten enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Este virus, con una tasa de letalidad del 10-40%, está presente en varias regiones de África, Asia y Europa, y su propagación a nuevas áreas es cada vez más probable.

Sin embargo, una de las mayores amenazas es la posibilidad de una “enfermedad X”, un patógeno desconocido que podría surgir inesperadamente. La COVID-19 fue en su momento una “enfermedad X”, y su rápido surgimiento y propagación mostraron lo vulnerables que pueden ser los sistemas globales de salud ante un nuevo virus. La comunidad científica y los gobiernos deben tomar en serio la preparación para esta eventualidad, basándose en las lecciones aprendidas durante la pandemia actual.

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