Tiempo de unión, compartir y dar gracias entre la familia jornalera en Los Ángeles
Trabajadores inmigrantes manifiestan su agradecimiento y solidaridad en el Centro Comunitario de Empleo en Pasadena
Desde muy temprana hora, jornaleros que esperan ser contratados para trabajar pulieron el piso del Centro Comunitario de Empleo en Pasadena y acomodaron mesas y sillas para compartir una cena de Acción de Gracias.
Infinidad de platillos de la comida mexicana, de El Salvador, Guatemala, Honduras, Colombia y Venezuela fueron preparados por los mismos jornaleros o sus familias y los compartieron en solidaridad.
Suany Barahona, una hondureña coordinadora de la organización compartió un mensaje de esperanza y unidad para todos los jornaleros.
“En estas fechas especiales, muchos de ustedes no tienen a sus familias y este Centro de Empleo siempre estará abierto para la comunidad, como punto de encuentro y fortaleza para todos”, dijo Barahona.
Ella reconoció que todos los jornaleros del país habrán de enfrentar posiblemente una fuerte lucha como comunidad inmigrante, ante la llegada del presidente Donald Trump.
“Como comunidad debemos mantenernos unidos”, expresó.
Otro hondureño, Nelson Cisneros, quien tienen más de una década de no pasar las fiestas decembrinas con los suyos, dijo sentirse “muy bendecido” por ser parte del Pasadena Community Job Center.
“En ustedes he encontrado una familia”, dijo emocionado. “Sé que cuando no tenga trabajo, puedo venir y aquí encontraré ayuda. Me siento respaldado por ustedes”.
Nelson Cisneros, nacido en Choluteca se dedica principalmente a la carpintería.
Hace 17 años que no ha podido ver a su madre, María Ruiz ni a su papá, Nelson ni a ocho de sus hermanos.
Los tamales de su madre
Pablo Alvarado, codirector de la Red Nacional de Jornaleros (NDLON) realzó la solidaridad de sus compañeros de lucha de varias naciones como el deseo en la práctica de compartir.
“ La comida que define a cada país nos une como comunidad, al igual que en las familias”, subrayó. “Mucha gente se complica la vida en el Dia de Acción de Gracias, y para la comunidad jornalera es algo bien simple: Cada uno cocina, se trae, se come, ríe y comparte lo que tiene. Se dan gracias por las cosas buenas que nos da la vida, y esto se repite en todos los centros de jornaleros del país”.
En el Centro Comunitario de Empleo en Pasadena, incluso han compartido platillos de África.
“Al final del día es un banquete exquisito para todos”, dijo Alvarado, quien recordó que su madre, Elba Julia Gutiérrez preparaba 500 tamales en un día.
“Ella se levantaba a las 4:00 a.m.; tenía una enorme olla de barro que nada más la usaba como en cuatro ocasiones al año; hacía un hoyo en el suelo, le ponía la leña y sus tamales de pollo y de puerco quedaban riquísimos; para todos en el cantón [Jucuapa, Usulután] los tamales de mi madre eran los preferidos porque les ponía adentro un pedacito de huevo duro”.
Los jornaleros y Trump
Pablo Alvarado reconoció que celebrar el Día de Acción de Gracias de manera genuina, mientras soportan la incertidumbre de un presidente electo que amenaza a los inmigrantes, dijo que, “a pesar de que hay angustia, de que hay enojo, resentimiento y hasta sentido de traición, porque incluso muchos familiares y amigos nuestros votaron por él [Donald] Trump”.
“Para mí Trump es el presidente de la vulgaridad y de la de la amenaza al migrante. A pesar de todos esos sentimientos hay también temor, pero la gente tiene que seguir viviendo”, dijo Alvarado. “La vida no se termina; tiene que seguir buscando el pan de cada día y eso no termina”.
Por eso, considero que “nosotros decidimos como comunidad si sucumbimos ante todos esos sentimientos; tenemos que resistir y simplemente tenemos que aceptarlo. Lo que se resiste es al adversario y esa es una tarea que tenemos que hacer con toda la comunidad, porque esas amenazas no nos deben de amedrentar”.
El líder y activista de los jornaleros recordó que los migrantes han cruzado ríos montañas, desiertos, mares, ciudades; han caminado milla tras milla, se han subido en el autobús, al tren llamado La Bestia para llegar Estados Unidos.
“Todo lo que tenemos que recordar en este Día de Acción de Gracias y siempre, es que toda esa jornada de valentía, y la valentía misma está dentro de nosotros”.
La incertidumbre
Juan Domínguez, mexicano nacido en Actopan, Veracruz, describió que la dificultad más grande que ha vivido en Estados Unidos desde que emigró en 1998 siempre ha sido “la incertidumbre de no saber qué va a pasar mañana, por no tener un estatus migratorio [legal]”.
“No sabemos si nos quedaremos sin trabajo, y si nos enfermamos pues no hay cómo afrontar la situación”, dijo Domínguez, padre de tres hijos, quien es uno de los coordinadores del Pasadena Community Job Center.
“¿Si no hay recursos, de qué forma se podrá salir adelante? Si no hay trabajo, no gano y no puedo pagar mis deudas, pero estoy agradecido de que aquí, [en el Pasadena Community Job Center] me hayan dado trabajo”.
El inmigrante de 50 años expresó que, ahora que todavía puede trabajar, eventualmente le gustaría regresar a Veracruz porque no quiere ser una carga para sus hijos y gozar allá de las fiestas decembrinas con los tradicionales tamales en hoja de plátano, de pollo y de puerco que sabe preparar su esposa Irma.
Roberto Morales, un jornalero oriundo de Managua, Nicaragua, valoro la unión que prevalece entre los jornaleros de Pasadena y se sumó a la fiesta, agradecido con la vida, después de que tuvo que abandonar su patria para evitar ser asesinado.
“Antes de venirme trabajé para el gobierno de la revolución sandinista y para el partido, pero como cambió el rumbo de los ideales por los que luchamos, todo se convirtió en pura falacia y mentira”, dijo Morales.
Pero, más allá de la política en su país natal, Morales manifestó sentirse a gusto al compartir con los demás jornaleros, momentos de amistad y solidaridad mutua en el festejo de Acción de Gracias.
“Aquí bromeamos y nos tratamos como familia. Eso es lo bonito que hay aquí”.
Hubo un menú para todos
Hubo pavo, birria, chicharrón y costillas de puerco en salsa verde, ejotes, elotes, puré de papa, muchos postres, calabaza cocida en miel, tarta de frutas, empanada de arroz con leche, además de pupusas, baleadas de Honduras y arepas venezolanas y colombianas fueron parte del menú que degustaron los jornaleros.