Cartes ante decisiones
El nuevo presidente de Paraguay podría confrontar conflictos de interés
ASUNCIÓN, Paraguay. El presidente electo de Paraguay, Horacio Cartes, con quien el Partido Colorado regresará al poder en agosto, todavía no decidió si renunciará al manejo de una decena de sus empresas prósperas para evitar conflictos de interés ni tampoco dijo si concuerda con el regreso de Paraguay al Mercosur y a Unasur.
Durante los festejos de su victoria sobre el candidato oficialista Efraín Alegre, al preguntársele los presidentes de los países del Mercosur y Unasur lo llamaron para felicitarlo, Cartes respondió: “hay un teléfono habilitado para esos temas a cargo de Leila Rachid”, jefa del grupo de asesores de política exterior y posible canciller del nuevo Gobierno.
Paraguay fue suspendido temporalmente en junio como miembro pleno de ambos organismos regionales como castigo por la destitución del presidente Fernando Lugo cuando le celebró un juicio político en el Senado. El expresidente Lugo se postuló y ganó en las elecciones generales del domingo una banca en el Senado.
Federico Franco, quien asumió la presidencia tras la destitución de Lugo, entregará el cargo el 15 de agosto a Cartes.
“Hasta esa fecha, la política exterior está a cargo de Franco”, afirmó sin anticipar ningún posible encuentro del presidente electo con los mandatarios de Uruguay, Brasil y Argentina.
José Antonio Moreno, líder de la Comisión de Relaciones Exteriores del Partido Colorado, dijo el lunes que el próximo gobierno “no debería aceptar rápidamente la supuesta reincorporación a Mercosur y Unasur porque, de acuerdo con las normas internacionales, sigue siendo miembro pleno.”
“El castigo dictado en junio fue injusto e ilegal porque el juicio político es una figura constitucional y Paraguay no cometió violación de ningún principio democrático. Al contrario, los demás miembros del Mercosur y Unasur violaron las reglas al prohibírsele a Paraguay participar de las sesiones”, señaló.
Recomendó que Mercosur mejor “resuelva qué hará con Venezuela, cuyo ingreso fue ilegal al no tener la aprobación del Congreso paraguayo. Posteriormente, el gobierno de Cartes debería estudiar si la vuelta a Mercosur será como miembro pleno o como Estado asociado.”
Enrique Vargas Peña, analista de asuntos políticos, coincidió con Moreno respecto a lo de la integración de Venezuela. “No es suficiente que Cristina Fernández y José Mujica, de Argentina y Uruguay, llamen por teléfono a Cartes invitándolo a reintegrarse a Mercosur”, añadió.
Cartes, de 56 años, presidente del club Libertad, campeón de la primera división del fútbol paraguayo, se afilió al Partido Colorado en 2009, pero como no tenía suficiente antigüedad para postularse a la presidencia, el partido modificó sus estatutos en 2011 para habilitarlo.
Aunque reiteradamente se ha negado a hablar de asuntos no políticos, en una de sus pocas entrevistas con radioemisoras de Asunción afirmó que sus negocios “están felizmente a cargo de mi hermana Sara”, una administradora de empresas de 52 años graduada en la universidad Barry de Florida, Estados Unidos.
Desde 1994 administra dos tabacaleras, un embotelladora de refrescos, una distribuidora de productos, varias haciendas ganaderas, granjas tabacaleras de la variedad Virginia y otros rubros agrícolas, así como el banco Amambay, que entre otros negocios pertenecen al ahora presidente electo.
La Tabacalera del Este, uno de sus principales negocios, es el décimo mayor generador de impuestos al fisco, con 146 millones de dólares al año, según la Secretaría de Tributación.
El periodista Rubén Céspedes del diario ABC de Asunción, publicó “El lado oscuro de Cartes”, un artículo que describe presuntas actividades dudosas, recordando que “en marzo del 2000, la Dirección de Narcóticos (Dinar) incautó 343 kilos de marihuana y 20 kilos de cocaína de un avión que aterrizó en la estancia La Esperanza, de Cartes. Este también compró en los primeros años de la década del 90 una hacienda perteneciente el brasileño Milton Machado, que a su vez estuvo en la noticia por haber sido derribado en su establecimiento un avión con 210 kilos de cocaína.”
Cartes, divorciado de María Montana, estuvo acompañado durante la campaña por sus hijas Sofía, de 25 años, y Sol de 16. Su hijo, Juan Pablo, de 27 años, estuvo fuera del país todo este tiempo.
Su lema de campaña fue “Un nuevo rumbo”, con el que intentó que el electorado olvidara el pasado del Partido Colorado, que fue el brazo político del dictador Alfredo Stroessner (1954-1989).
“Debemos dejar de lado la vieja política y dejar de odiarnos entre paraguayos”, fue su frase predilecta.
Horas después de su triunfo, con el 45,8% de los votos, contra 36,9% que recibió Alegre, el presidente del oficialista Partido Liberal, Blas Llano, presentó la renuncia.