El temor que acecha en la jubilación: la inflación
Lo último que quiere es que el dinero no le alcance para lo que le quede de vida cuando necesite alimentarse
Cuando era niño, ¿tenía miedo de que hubiese un monstruo escondido en el armario o debajo de la cama? Usted dejó de ser niño y lo acechan nuevos temores, por ejemplo, quedarse sin dinero durante la jubilación después de toda una vida de observar incrementos en los precios. Sin embargo, aún está a tiempo de elaborar un plan hoy para contar con dinero suficiente para gastar y también para definir cómo hacerlo.
Hoy en día las personas se sienten un poco mejor acerca del dinero para su jubilación, según la última encuesta sobre confianza en la jubilación realizada por el Employee Benefit Research Institute. Más de uno de cada cinco trabajadores manifiesta sentirse muy seguro ? mientras que aproximadamente uno de cada cuatro expresa no tener mucha fe en haber ahorrado lo suficiente, siendo los futuros gastos médicos uno de los principales motivos de preocupación.
(Afortunadamente, quienes ya se jubilaron son los que más seguros se sienten de contar con suficiente dinero.)
La persistente preocupación acerca de las eventuales falencias de nuestros planes de jubilación puede estar más que justificada. También afortunadamente, usted puede controlar esos temores.
Debe evaluar numerosos riesgos en el proceso de planificación, en especial, el incremento de la tasa de inflación, aspecto que, en ocasiones, se suele ignorar. Si bien una espiral inflacionaria es prácticamente inevitable, un ritmo inflacionario más atenuado sigue siendo una buena apuesta. Según las mejores estimaciones, el incremento de los precios generales en los próximos años será de aproximadamente un 2% al año ? cifra que cualquiera podría predecir.
Mi empresa observa numerosos individuos que contemplan una inflación del 0% al calcular sus futuros flujos de ingresos. En otras palabras, sus planes de inversión generan un flujo de ingresos para la jubilación que nunca incrementará, incluso si vivieran 25 años o más después de retirarse de la vida laboral. Otras personas proyectan una tasa de inflación (por lo general, del 3%) y luego calculan cuánto podrían gastar hoy, con un ingreso que incrementa año a año, efectuando retiros de mayor cuantía de sus cuentas de jubilación hasta fallecer.
Ambos enfoques contienen errores de lógica. Elaborar un plan para sus ingresos jubilatorios requiere contemplar el dinero que necesitará para mantener su estándar de vida, no solo para reemplazar sus actuales ingresos.
Su plan también debe asignar fondos a dos categorías de gastos: gastos fijos, o esenciales, entre ellos, vivienda, telefonía y seguros, entre otros. Es más que probable que los gastos fijos incrementen al ritmo de la inflación con el paso del tiempo. Ésta es una de las razones por las cuales los beneficios mensuales del Seguro Social se ajustan por el costo de vida (que este año es de un 1.7%).
La segunda categoría de gastos son los denominados “gastos sociales” e incluyen actividades de entretenimiento tales como viajes, pasatiempos y actividades que todos esperamos poder disfrutar de por vida, pero a las que es posible que debamos renunciar en la vejez.
Durante los últimos 27 años en los que me desempeñé como planificador financiero, observé a numerosas familias que no contemplaron la inflación y agotaron su poder adquisitivo. Peor aún, otras personas achicaron gastos mientras eran más jóvenes (y gozaban de buena salud) y luego llegaron a la vejez con mucho dinero y poca energía para gastarlo.
¿Cómo puede generar un flujo de ingresos que le brinde fondos suficientes para llevar el estilo de vida que desea durante su jubilación?
Como primera medida, elabore un presupuesto minucioso para esa etapa de la vida. Prepare una lista que incluya todos los gastos que sabe a ciencia cierta que irán a incrementar e incluya aquellos de los que tiene previsto disfrutar. Asigne cada rubro a la categoría de gasto fijo o gasto social.
Al calcular los ingresos que necesitará para cubrir sus gastos fijos, no deje de considerar la inflación. Lo último que quiere es que el dinero no le alcance para lo que le quede de vida cuando necesite alimentarse y un lugar para dormir.
Respecto a los gastos sociales, asígneles un importe constante, en especial, para después de los 68 años. Debido a la inflación, con el tiempo este enfoque reduce el poder adquisitivo de su presupuesto para gastos sociales. Por otra parte, le permitirá contar con más ingresos para gastos sociales mientras sea joven y pueda disfrutar de las mejores cosas de la vida.
– Joseph A. Clark/AdviceIQ