Adiós, puente de la Sexta

La demolición y construcción del puente costarán 401 millones de dólares, la mayoría de los cuales vendrían de fondos federales.

Cruzar el Río de Los Ángeles, o lo que queda de él, es un ritual diario para miles de angelinos. La mayoría son trabajadores que viven en el este y cruzan por la mañana en dirección oeste para llegar a sus empleos en el centro o el resto de la ciudad y que hacen el viaje en dirección opuesta -en carro, autobús o hasta a pie- en la tarde o noche.

Y ningún cruce es más dramático que el que se hace por el puente de la Calle Sexta, una majestuosa estructura de concreto y acero que data de 1932 y conecta, con una extensión de casi una milla, el downtown con el barrio de Boyle Heights. Tan icónico es el puente, con sus elevadas torres de concreto y sus dos arcos de metal, que ha aparecido en incontables películas, videos y comerciales de televisión.

El más grande y último de los puentes sobre el río es el único que padece el equivalente arquitectónico a una enfermedad incurable -tiene asr, siglas en inglés para una reacción química que crea una gelatina que corroe el cemento- y las autoridades han determinado que podría no sobrevivir un fuerte sismo.

El viernes, el Concejo Municipal tomó la difícil pero necesaria decisión de demoler la estructura de 79 años.

Y el Concejo optó por reemplazar el puente con uno de diseño moderno y no con uno que replicara por lo menos la forma del actual y su doble arco, no obstante la objeción de la comisión de Herencia Cultural de la ciudad o grupos como LA Conservancy.

La demolición y construcción del puente costarán 401 millones de dólares, la mayoría de los cuales vendrían de fondos federales. El proyecto de construcción comenzaría en tres años y duraría otros cuatro, periodo durante el cual cerrará el puente. Según publicó esta semana Los Angeles Times, el desvío del tráfico hacia los puentes al norte -los de las calles Cuarta y Primera- afectaría negativamente a unos 33 negocios y causaría la pérdida de unos 200 empleos. Sin contar los problemas de ruido, contaminación ambiental y congestión de tráfico.

Pero grupos como Amigos del Río de Los Ángeles celebraron la decisión de crear un nuevo tipo de puente que tendrá aceras más amplias para peatones y ciclistas.

Mientras se aseguran los fondos federales, la ciudad se comprometió a crear programas informativos para involucrar a las comunidades afectadas por el eventual cierre temporal del cruce de la calle Sexta. Además, se creará un récord histórico del puente, que desde esta semana está contando sus últimos días.

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