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Newt Gingrich busca conservar el impulso

Gingrich acepta sus fallas, pero solo las matrimoniales

El expresidente de la Cámara de Representantes de EEUU Newt Gingrich comparece ante los medios en el club Union League de Nueva York.

El expresidente de la Cámara de Representantes de EEUU Newt Gingrich comparece ante los medios en el club Union League de Nueva York. Crédito: EFE

WASHINGTON, D. C. (AP).- Newt Gingrich busca conservar el impulso que lo llevó a encabezar la contienda por la nominación presidencial republicana con una estrategia que justifica sus posiciones más controversiales mientras combate la imagen de impulsivo que le asignan sus críticos.

El expresidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos pareció cumplir ese objetivo en el debate del sábado en Iowa. Su desafío será mantener esa estrategia en momentos en que es blanco de críticas de sus rivales y convencer a los votantes conservadores que es su paladín pese a sus ocasionales desvíos de la ortodoxia.

Las encuestas indican que Gingrich es la alternativa más probable al exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney, antes de la asamblea local de partido (caucus) de Iowa el 3 de enero. Hasta ahora, ha reaccionado con una desacostumbrada presencia de ánimo.

Gingrich admite que podría provocar animosidades diciendo verdades poco halagadoras, pero asegura que no es un político incendiario incapaz de ser comandante en jefe.

En el debate, Gingrich aceptó sus fallas en un solo terreno por el que se disculpó: las infidelidades maritales que lo llevaron a dos divorcios.

“Lo dije abiertamente, he cometido errores a veces”, afirmó. “He tenido que apelar a Dios en busca de perdón”. Agregó que los votantes tienen todo derecho a examinar esas cuestiones “y es la gente la que debe juzgar”.

Tras notar que es un abuelo de 68 años, Gingrich dijo: “Estoy encantado por el modo en que la gente ha estado dispuesta a ver quién soy, a ver mis antecedentes”.

Su respuesta pareció diluir una cuestión potencialmente emocional. El debate pasó rápidamente a otros temas, en los que Gingrich no tuvo que disculparse.

El aspirante justificó su antiguo apoyo a la obligación de que los estadounidenses obtuvieran seguro de salud aduciendo que anteriormente fue una posición popular entre los conservadores.

“En 1993, al combatir el ‘HillaryCare’, virtualmente todo conservador vio ese mandato como una opción menos peligrosa de lo que Hillary trataba de hacer”, adujo. Hillary Rodham Clinton encabezaba la iniciativa sobre seguro de salud para su esposo, el entonces presidente Bill Clinton.

“Francamente yo estaba tratando de mantenerme a flote, tratando de hallar una solución para garantizar que la gente que pudiera pagase sus cuentas de hospital, pero dejando un resquicio para que los libertarios pudiesen optar por no comprar seguro”, afirmó. “Ahora está claro que el mandato, según creo, es inconstitucional”.

El seguro de salud obligatorio es el núcleo de la ley federal de 2010 aprobada a pedido del presidente Barack Obama y muchos conservadores se oponen enérgicamente. También figuró en la ley de Massachusetts impulsada por Romney cuando era gobernador.

Los demás aspirantes republicanos censuraron a los dos por considerarlos “demasiado liberales” en ese terreno.

Romney había permanecido al tope o en posición preferencial en las encuestas republicanas durante meses, mientras otros aspirantes subían y bajaban. Tiene más fondos y una organización mayor que la de Gingrich, pero algunos conservadores todavía apoyan a Gingrich recordando su papel en 1994 cuando los republicanos asumieron la mayoría en la Cámara de Representantes y por sus libros y discursos.

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