Foráneos brillan en Centroamérica

BOGOTÁ, Colombia (EFE).- Dos uruguayos, un brasileño y un colombiano con un poder endiablado para anotar fueron las figuras de 2011 en El Salvador, Honduras, Costa Rica y Guatemala, las ligas profesionales del futbol centroamericano.

El volante charrúa Paolo Suárez, hermano del delantero del Liverpool inglés, Luis Suárez, se consagró como figura del campeón salvadoreño Isidro Metapán al anotar ocho dianas en el Torneo Clausura 2011, entre ellos el que otorgó el título a su equipo.

Suárez, que tiene como meta el Mundial 2014 como jugador de El Salvador, ha conquistado con el Metapán seis títulos desde 2007 hasta la fecha.

Suárez volvió a justificar así el que su compatriota Rubén Israel, seleccionador de los cuscatlecos, haya insistido en que se nacionalizara para llamarlo al equipo nacional.

El charrúa dijo que ahora le resta completar el proceso para su nacionalización, que el Parlamento salvadoreño aprobó el 3 de noviembre pasado, pero que está pendiente de trámites administrativos, para sumarse a la selección de cara a la eliminatoria del Mundial Brasil 2014.

El uruguayo comenzó su carrera con el Atlético Basáñez de su país, de donde fue transferido al Maldonado, con un breve paso por el Independiente Santa Fe colombiano.

En El Salvador cumplió su primera etapa con el Isidro Metapán en el 2005 y 2006, pasó al FAS, pero volvió al equipo metapaneco en el 2007.

Al igual que su entrenador, el salvadoreño Edwin Portillo, Suárez ha estado presente en los seis títulos que ha conquistado el Isidro Metapán: Clausura 2007, Apertura 2008, Clausura 2009, Clausura 2010, Apertura 2010 y Apertura 2011.

En este último torneo, Suárez fue el principal goleador de su equipo con ocho tantos, pero quedó lejos de los principales anotadores: el panameño Nicolás Muñoz, del Águila, quien hizo 15; su compatriota Anel Canales, del Luis Ángel Firpo, y el jamaiquino Sean Fraser, del Once Municipal, ambos con 14 dianas.

Pero esta vez las anotaciones de Suárez fueron decisivas en la conquista de títulos.

Si a El Salvador llegó un charrúa, a Guatemala llegó un colombiano a hacer diabluras.

Henry el “Diablo” Hernández, que en su país jugó en el Atlético Bucaramanga y el Envigado, estremeció las redes contrarias en 17 ocasiones y se coronó goleador del Apertura 2011, en el que su equipo, el Heredia, culminó quinto.

Hernández llegó a Guatemala en el 2009, año en el que firmó 19 tantos para el Juventud Retalteca, y conquistó el primer lugar de la clasificación de artilleros.

Un año después, ya en el Heredia, marcó 13 veces, lideró de nuevo la tabla de cañoneros y estuvo a punto de emigrar al Târgu Mure rumano, pero la transferencia no se concretó.

Hernández sacó cinco tantos de ventaja a su más inmediato perseguidor, el argentino Fernando Ezequiel Gallo, quien llegó a Guatemala en el 2006 para reforzar la plantilla del Cobán Imperial y también demostró su valía en el Suchitepéquez y en el Jalapa.

El también charrúa Claudio Cardozo no celebró campeonatos, pero fue el máximo goleador del Torneo Clausura hondureño, con 15, para el Marathón de San Pedro Sula.

Cardozo, formado en las divisiones inferiores del Liverpool uruguayo, llegó a El Salvador en el 2007 para jugar en el Atlético Olanchano, del que después pasó al Vida, donde tuvo una mayor proyección.

A diferencia de Suárez en El Salvador, Cardozo ha desechado la posibilidad de nacionalizarse, “por respeto a los jugadores hondureños”.

Detrás de Cardozo en la tabla de goleadores se situó el local Jerry Bengtson, que anotó en nueve ocasiones para el Motagua de Tegucigalpa.

Mientras tanto, un representante del buen futbol llegó este año a Costa Rica desde el norte de Europa: el brasileño Marcelo Fazzio, quien con su juego enfiló al Alajuelense a la conquista del título del Torneo de Invierno 2011.

Nacido en Sao Paulo, el “Vikingo” Fazzio comenzó su carrera en el 2002 en el Corinthians y llegó a Costa Rica en el 2011 tras una travesía de siete años por Suecia y Polonia.

En el torneo, Fazzio, quien recibió del técnico Óscar Ramírez la tarea de ordenar el medio campo, marcó tres goles, uno de ellos vital para que el cuadro rojinegro se llevara el campeonato.