Llega la hora cero en la NFL
Coughlin y sus Gigantes, optimistas al volver al playoff tras 2 años de ausencia
Coughlin espera pasar más allá de la primera fase de postemporada. Crédito: AP
NUEVA YORK (AP).- La cara de entusiasmo y la ansiedad en la voz delataban a Tom Coughlin: es tiempo de playoffs y le encanta saber que sus Gigantes de Nueva York vuelven a estar en la lucha por primera vez en dos temporadas.
Igual de animado estaba el cornerback de Denver, Champ Bailey. O el tacle frontal de Pittsburgh, Casey Hampton.
Sus equipos comienzan mañana la ruta hacia Indianápolis, cuando los Gigantes reciban a los Falcons y los Broncos a los Acereros de Pittsburgh.
La primera ronda de playoffs comienza hoy con Cincinnati de visita en Houston y Detroit en Nueva Orleáns.
“La energía y el entusiasmo son más fuertes que ayer y así es cómo funciona”, dijo Coughlin, famoso por su carácter serio en extremo.
Cuando le dijeron que se veía más animado que de costumbre, el entrenador sonrió: “¿Cómo pueden decir eso?”
Los campeones de la División Este de la Conferencia Nacional terminaron con una marca de 9-7, una victoria menos que su visitante Atlanta, que ganó un puesto de comodín en la División Sur de la Conferencia Nacional.
Denver apenas quedó de 8-8 en el Oeste de la Conferencia Americana, pero fue suficiente para ganar la división en un desempate con Oakland y los Cargadores de San Diego.
Será el primer viaje a la postemporada para los Broncos desde que perdieron la final de la Americana en 2005 contra los Acereros. Bailey recuerda esa derrota y que Pittsburgh luego ganó el Super Bowl. Pero prefiere concentrarse en un presente optimista.
“Sin dudas estaré entusiasmado, es así cada partido”, dijo el veterano de 13 temporadas. “Son los playoffs, hay un poco más de entusiasmo porque es difícil entrar a este torneo y cuando estás adentro tienes que tomar ventaja”.
Muchos dudan que los Broncos puedan tomar ventaja ante unos Acereros que terminaron de 12-4 y perdieron el Norte de la Americana ante Baltimore sólo por un desempate. Pittsburgh apenas permitió 227 puntos a sus rivales, el mínimo de la liga.
