Ovación de cine en Berlín para Meryl Streep

La actriz recibió ayer Oso de Oro de homenaje

Meryl Streep ayer con una Matryoshka que le regaló un fan en el Festival de Cine de Berlín.

Meryl Streep ayer con una Matryoshka que le regaló un fan en el Festival de Cine de Berlín. Crédito: EFE

BERLÍN, Alemania.- La Meryl Streep real le ganó con creces la partida a la Margaret Thatcher de The Iron Lady en la Berlinale, donde además del preceptivo Oso de Oro de Honor se llevó ayer un par de regalos de San Valentín y una de las ovaciones más sonoras de la 62 edición del festival.

Streep hizo alarde de simpatía ante los medios, confesó que la ayudaron a meterse en el personaje la tónica con ginebra que le daba la directora, Phyllida Lloyd; que guardó una “prudente distancia” con su papel y que “moverse” tras la espesa capa de maquillaje que hizo falta para caracterizarla no le costó tanto como pudiera parecer.

A Streep se la esperaba en la Berlinale como una de las presencias más codiciadas de esta edición junto con Angelina Jolie, quien exhibió hace unos días su debut como directora en el drama balcánico In the Land of Blood and Honey.

La conferencia de prensa, previa a la gala de la entrega del Oso, estaba a rebosar desde mucho antes de su aparición y, cuando apareció, hizo las delicias de prensa gráfica y escrita con un recital de gestos de sorpresa, risas y todo tipo de guiños. Reaccionó con elegancia al regalo de un ramo de rosas blancas de un jovencísimo periodista que le recordó que era el

Día de San Valentín.

A ese obsequio siguió una “matrioska rusa” más varias declaraciones sucesivas de amor y veneración por parte de sucesivos periodistas, a los agradeció uno tras otro cada cumplido, con mirada irónica e irresistiblemente simpática, tras unas finas gafas de montura negra.

Streep acudía a Berlín a buscar su Oso de Honor, coincidiendo con el estreno en los cines alemanes de The Iron Lady, cinta por la que opta, de nuevo al Oscar a la Mejor Actriz en los

Premios de la Academia.

“Es realmente difícil actuar con robots y efectos especiales. Hacerlo bajo el maquillaje fue relativamente fácil, me sentía bastante auténtica”, afirmó en cambio.

El retrato fílmico de Thatcher, la Dama de Hierro a la que no tembló el pulso para estrangular el sistema social británico y, paralelamente, lanzar a su Marina hacia las Malvinas, obligó a Streep a una doble caracterización, física y mental.

“Repaso esa figura desde sus años de Dama de Hierro hasta la vejez, lo que efectivamente implicó mucho maquillaje. Pero lo complejo realmente fue representar un personaje con el que, sinceramente, no guardo gran cercanía”, dijo.

“Debo admitir que me sorprendieron algunos aspectos de su personalidad. Me enteré así de que era partidaria del aborto, por ejemplo, pese a su férreo conservadurismo; parece que menos férreo, por ejemplo, que el de los conservadores estadounidenses”, explicó.

“Era una feminista, nos guste o no, y llegar a la cúspide del club de los conservadores merece un reconocimiento”, añadió sobre el personaje que le ha dado, por ahora, el Globo de Oro, aunque también algunas críticas no tan favorables como sería lo habitual en la actriz.

Streep reaccionó con humor tanto a los regalos como a las preguntas acerca del polémico acercamiento a la Thatcher vieja y algo demente. “Era una apuesta compleja, lo sé, pero evitar ese aspecto sería desdibujarla”, dijo.

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