Servir es su felicidad

Mariana Francisco disfruta ayudar a los necesitados

Mariana Francisco

Mariana Francisco Crédito: Suministrada

A Mariana Francisco Xoncax le sale muy natural llamar a cualquier persona “hermano” o “hermana”.

Por eso, cuando le pidieron que saliera a las calles a buscar desamparados para que asistieran a una cita médica, logró convencer a muchos de que lo hicieran.

“Les decía, ‘we are brothers, we are sisters… come, the doctor wants to see you‘, con mi inglés todo chileteado”, contó Francisco en medio de risas.

Sin embargo, esa anécdota describe solo una parte del trabajo que hace Francisco, quien desde hace más de 20 años es organizadora comunitaria en la clínica comunitaria Monseñor Romero.

Ahí, además de ser intérprete de kanjobal, el dialecto maya que se habla en su comunidad de origen, San Miguel Acatán, Guatemala, ofrece clases de prevención de VIH, diabetes, alcoholismo, drogadicción y presión arterial.

La pasión de esta activista por servir, sin embargo, no comenzó cuando llegó a Estados Unidos, a principios de los 90, sino en su tierra natal.

“Yo era enfermera y maestra de primaria; trabajé como maestra un año en mi pueblo sin goce de salario para enseñar a los niños mayas a leer y a escribir, y luego estudié para enfermera”, dijo.

Cuando Francisco comenzó a trabajar en un hospital fue ascendiendo de puesto, y con el tiempo se convirtió en una reconocida líder sindical. Pero tuvo que dejar su país cuando el gobierno del entonces presidente Efraín Ríos Mont comenzó a perseguir a los sindicalistas.

Francisco,de 54 años, se asiló en Estados Unidos, y como las noticias de su labor habían trascendido, un sacerdote le pidió que trabajara en la clínica Monseñor Romero.

“Yo encantada de ayudar y de ser voluntaria; estuve en la clínica casi un año como intérprete y dando ideas para [crear programas para] la prevención del alcoholismo y la drogadicción”, contó.

Entonces se le ocurrió hacer un show de media hora con marionetas, en el que el Doctor Chapatín le dijera a los niños lo malo que son los vicios.

“Recorrí todo Los Ángeles con el show… En diez a 12 años unos 80 mil niños lo vieron; lo presenté en escuelas, swapmeets, qué lugares no recorrió el puppet show”, dijo.

Francisco también fundó Maya Vision, organización que preside y que sirve a la comunidad maya de Los Ángeles, cuyos miembros en muchas ocasiones solo hablan su lengua indígena.

Para ella, que vive en el área de Pico Union, “lo importante es la salud, porque aunque haya dinero, si no hay salud, no hay comunidad feliz”.

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