Presidente sursudanés llega a China en pleno conflicto
China es el principal comprador de petróleo de ambos Sudán, sin embargo Beijing ha sido un aliado más longevo de la República de Sudán.
Pekín, 24 de abril.- El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, se reunió hoy en Pekín con su homólogo chino, Hu Jintao, con el que firmó varios acuerdos de cooperación mientras prosiguen los enfrentamientos armados entre el recién emancipado país africano y su vecino del norte por el control del petróleo, cuyo mayor comprador es China.
Aunque el gobierno chino no hizo públicos los detalles de los acuerdos, el portavoz del Ministro de Asuntos Exteriores, Liu Weimin, declaró antes del encuentro que “China cree que asegurar la producción sostenible del petróleo sirve a los intereses comunes de sendos países, así como de las petroleras chinas”.
“Consideramos que el petróleo es la fuente económica principal para el norte y el sur, y esperamos que encuentren una solución aceptable para ambos al conflicto lo antes posible”, dijo Liu en una rueda de prensa celebrada horas antes de que Hu recibiese a Kiir en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.
El portavoz de la Cancillería declinó responder si son ciertas las informaciones que apuntan a que China se ha comprometido a financiar un oleoducto para Yuba, de forma que permitiría al Sur establecer nuevas rutas de distribución del petróleo sin depender de Jartum.
Igualmente, la embajada de Sudán del Sur en Pekín, contactada por Efe, no quiso confirmar ni desmentir este posible acuerdo.
La visita de Kiir a China se produce cuando la escalada bélica entre su país, que alcanzó su independencia mediante un referéndum en julio del 2011, y Sudán, presidido por Omar al Bachir, no hace sino aumentar en las zonas fronterizas pendientes de demarcación y especialmente ricas en petróleo, como Heglig o Bentiu.
Anoche, Sudán continuaba con el bombardeo a la ciudad sursudanesa de Bentiu y expresó su intención de imponer el estado de emergencia en las zonas fronterizas.
El conflicto se recrudeció cuando el Ejército de Sudán del Sur tomó el control de Heglig -de donde ya ha iniciado la retirada-, lo que llevó a Jartum a lanzar contraofensivas.
En pleno tira y afloja entre Yuba y Jartum, la llegada de Kiir a Pekín es interpretada por los analistas como una prueba más de que China está especialmente interesada en que ambos países no se enzarcen en un conflicto bélico para que su suministro de crudo quede garantizado.
De esta forma, pese a su habitual doctrina de “no injerencia” en los asuntos internacionales, Pekín se ha mostrado especialmente activo en mediar para que ambos gobiernos negocien la paz.
“Esperamos que los dos países resuelvan sus disputas a través del diálogo y no tomen medidas que hagan aumentar las tensiones”, remarcó Liu durante la cita de este martes con los medios de comunicación.
Ese recelo a una guerra duradera entre el norte y el sur es el que, según los expertos, ha conducido a China a un doble juego de cortejo al régimen de Al Bachir y al gobierno de Salva Kiir, de acuerdo a la actual presencia de este último en Pekín.
De hecho, China recibió fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos al recibir el pasado año en la capital, poco antes de la emancipación del Sur, a Al Bachir, acusado por la Corte Penal Internacional (CPI) de genocidio, crímenes de guerra y lesa humanidad.
Eso no impidió que la segunda economía mundial y el principal comprador del petróleo sursudanés estableciera relaciones diplomáticas con el nuevo país africano, el más joven del mundo, poco después de que éste proclamara su independencia.
El pasado febrero, el Gobierno chino afirmó que deseaba “eliminar malos entendidos” y “mantener la relación” con Sudán del Sur, tras la expulsión de Yuba del director de la compañía petrolera Petrodar, Liu Yingcai, por supuestos acuerdos irregulares sobre el crudo sursudanés con el norte.
La expulsión se produjo tras descubrir que habían sido robados a Sudán del Sur millones de barriles de petróleo por Petrodar Operating Company, cuya propiedad se reparten los gigantes China National Petroleum Corporation (CNPC) y Sinopec, con el 47 por ciento, y la malasia Petrona.
Por el momento, el presidente sursudanés estará en China hasta el próximo día 28, viaje que le llevará también a Shanghái y tiempo que las autoridades comunistas aprovecharán para conciliar posturas con uno de sus grandes proveedores de petróleo.