Culmina Festival de Cine Latino en Chicago

El Festival de Cine Latino de Chicago culminó este año con la comedia ‘Chinese Take-Away/Un cuento chino’, un largometraje coproducido por Argentina y España del director Sebastián Borensztein. Este evento cinematográfico es organizado por el Centro Cultural Internacional Latino de Chicago.

Después de dos semanas de presentar más de 140 películas originarias de países latinoamericanos y Estados Unidos, el festival, que tiene como objetivo exhibir el trabajo de directores y actores de países con raíces latinas y así hacer llegar las historias y perspectivas de personas alrededor del mundo a Chicago, cumplió con presentar una selección de lo mejor del cine latino a la audiencia de Chicago en su XXVIII edición.

La programación del festival cerró con la historia de Roberto, protagonizado por Ricardo Darín. Roberto es un hombre consumido por las noticias y al mismo tiempo indiferente de lo que sucede a su alrededor.

La comedia de Borensztein nos trasporta al momento en que un gesto de caridad hacia Jun, un hombre de descendencia China, transforma la vida de Roberto. Durante el transcurso de la película, dos extraños aprenden a trabajar juntos sin la comodidad de poder comunicarse verbalmente uno con el otro para poder ayudarse mutuamente. La audiencia ve como los momentos inesperados suelen definir el resto de sus vidas.

Las películas que participan en el festival anualmente son variadas en sus temas y pueden ser sobre la opinión pública de un país, los matices de una gente, la historia de un lugar o el cuento de una familia. Los directores varían en su experiencia.

Algunos son novatos, presentado su primera producción en el festival de Chicago, y otros han sido galardonados varias veces por sus compañeros de trabajo. El Festival de Cine Latino de Chicago les ofrece una pantalla de cine en para que directores extranjeros exhiban sus creaciones y expongan a personas a conceptos, historias y estilos fuera de los que produce el cine estadounidense.

Además, los que asisten al cine tienen la oportunidad de acercarse a los artistas y hacerles preguntas. Para muchos, la interacción con el productor después de la película es la parte más divertida de la experiencia.