Víctima de secuestro hallada

Las autoridades buscan a Joe Martínez, de quien se sospecha secuestró a su exnovia Adriana López, a quien se llevó de su casa a punta de pistola. La mujer

Maryann Bedolla, madre de Adriana López, describe cómo Joe Martínez se llevó a su hijo el miércoles de madrugada.

Maryann Bedolla, madre de Adriana López, describe cómo Joe Martínez se llevó a su hijo el miércoles de madrugada. Crédito: Aurelia Ventura / La Opinión

La única compañera de Adriana López, una madre de 20 años de edad, siempre fue su niña pequeña, hasta que conoció a un hombre 22 años mayor que ella en un sitio de Internet para encontrar parejas. Pensó, “él me parece un buen hombre, le voy a dar una oportunidad”.

Vivió en la casa del hombre, Joe Martínez, desde septiembre pasado hasta hace un mes, cuando quiso terminar con él y regresó a la vivienda de su familia en Pico Rivera. Pero el miércoles un poco antes de las 6 a.m., Martínez, con una pistola y un amigo, la secuestró del apartamento en la cuadra 9000 de la calle Burke y no fue hasta muy tarde el miércoles que fue hallada.

López, ilesa, se reunió con su madre y niña de 4 años, pero la policía todavía busca a Martínez, de 42 años, a quien oficiales describen como armado y peligroso.

“Simplemente estoy contenta de que no me hizo daño”, expresó López a La Opinión por teléfono desde la casa de familiares en Lake Elsinore, adonde se fue por la mañana del jueves para estar más segura. “Esto les pasa a otra gente y no los encuentran, y yo fui una que si la encontraron”.

Según López, Martínez le decía palabras dolorosas cuando vivían juntos en West Covina pero nunca la dañó a ella ni a su hija físicamente. La violencia que mostró al secuestrarla la sorprendió.

“Estaba dormida y oí a mis hermanas decir que alguien estaba en la puerta, y luego oí alguien gritar, ‘¡Levántate!’” contó López. “Me levanté, y él [Martínez] me arrastró. Mi madre me dijo, ‘Cuidado, tiene una pistola’”.

Maryann Bedolla, de 43 años, vio con impotencia mientras Martínez escoltaba a su hija a punta de pistola a su coche.

“Mi hija me dio una mirada con lágrimas y no había nada que podía hacer. Lo único que podía hacer era llamar al 911”, expresó ayer en su apartamento Bedolla, agregando que Martínez había estado en la cárcel y nunca le gustó que estuvieran juntos.

López dijo que Martínez llamó a Bedolla por celular momentos después de secuestrarla, pero que cuándo la madre le dio el teléfono a un investigador del Los Angeles County Sheriff’s Department (LASD), él colgó y tiró el teléfono por la ventana de su coche.

La llevó a la casa de un amigo en La Puente, dónde la trataron bien, ofreciéndole comida, pero “sólo tenía ganas de volver a mi familia”, dijo López. Cuando la madre de Martínez le llamó para decirle que los investigadores la iban a arrestar porque sabía de su plan y vivían juntos en West Covina, Martínez reconsideró sus acciones.

“Yo y su amigo le dijimos, ‘No está bien lo que hiciste’, y él dijo, ‘Bueno, entonces’”, y dejó a su amigo que me trajera a reunir con la policía, relató López.

Dijo que jamás quiere volver a ver a Martínez.

“No me siento afortunada”, finalizó. “Más bien, pienso, ‘Gracias a Dios’”.

La policía ha descrito a Martínez como un hombre de 5’8” y de 240 libras. Cualquier persona que lo vea no lo debe de enfrentar, sino que anotar su número de licencia y llamar al 9-1-1.

Para reportar cualquier información, se puede llamar al (562) 949-2421 o al (800) 222-8477.

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