Mitos sobre la discapacidad
Saber que discapacidad es una condición diferente de vida ayuda a remover muchas telarañas mentales alrededor del concepto.
Al escuchar la palabra discapacidad, muchas imágenes llegan a nuestra mente: sillas de ruedas, bastones, rampas o andaderas. Sin embargo, la realidad es que no siempre tenemos el concepto claro, por lo que es fácil que nos atemorice la palabra ya que ignoramos a lo que se refiere y la pensamos de manera incorrecta.
¿Sabes quién es Stephen William Hawking? él es muy probablemente, uno de los científicos más brillantes de todos los tiempos.
Este británico nacido en Oxford en 1942, ha realizado estudios en Física Teórica y Cosmología, que por su contribución a la ciencia, solamente se igualan con las aportaciones hechas por científicos de la talla de Newton o Einstein, por ejemplo.
Dentro de sus logros académicos cuenta con doce doctorados honoris causa y ha sido galardonado con la Orden del Imperio Británico (grado CBE) en 1982, con la Medalla Copley en 2006, fue titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas (Lucasian Chair of Mathematics) de la Universidad de Cambridge hasta su jubilación en 2009, sólo por mencionar algunos.
Este hombre que ha revolucionado la ciencia actual, padece una enfermedad llamada Esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la cual es una afección neurológica progresiva que ataca a las células nerviosas (neuronas) encargadas de controlar los músculos voluntarios, situación que en su caso, se agravó en los últimos años y ha provocado que esté prácticamente paralizado.
Arturo Pichardo, director médico corporativo de los Centros de Rehabilitación Infantil Teletón explica que: “La discapacidad no es una enfermedad, es una condición de vida que está determinada por una forma diferente de realizar las actividades en la vida diaria.
Las diferencias en esta forma de relacionarse con el entorno, están dadas por el nivel de habilidad o aptitud que se tenga debido a alguna limitación intelectual, física o sensorial como es ver u oír”, comenta el experto y agrega: “A veces varias limitaciones conforman una discapacidad múltiple en una sola persona”.
El especialista expone que otra forma de medir el nivel de participación y por lo tanto el grado de discapacidad, es qué tan independiente es una persona para realizar todas las actividades que podría hacer de acuerdo a su edad o cuánta asistencia requiere, mediante el uso de aparatos o de otro individuo, para hacer esas tareas. Por lo que, usar anteojos, bastón, muletas o una silla de ruedas, entre otros apoyos, pueden hacer que la manera de desenvolverse en la vida cotidiana se vea fortalecida de tal modo, que en algunos casos se pueda lograr una completa autonomía.
Arturo Pichardo enfatiza que el mayor obstáculo para una persona con discapacidad es entender esto, así como aceptar su condición diferente.
Asimismo expone que uno de los deberes que tenemos como sociedad es que procuremos que todos tengamos las mismas oportunidades de acuerdo a nuestras diferentes formas de participar y así, nadie esté excluido de tener acceso a centros educativos, de salud, recreativos y de trabajo.
¿Qué habría sido de Stephen William Hawking si no hubiera asistido a la escuela por prejuicios sobre su condición? La Ciencia no tendría en su acervo la cantidad de conocimiento que él ha generado y seguramente, nos hubiéramos privado de ver una persona con dominio total de su área de estudio, además de recibir su testimonio de vida, como una lección que nos sensibiliza respecto a la necesidad de hacer a un lado los prejuicios e ideas equivocadas que existen sobre la discapacidad.
“Es importante que aprendamos a tratar a todos por igual, así como a aceptar las situaciones diferentes de vida, participación y desempeño. Hagamos a todos los miembros de nuestra sociedad, parte de ella. No clasifiquemos a nadie por su apariencia, raza, sexo o discapacidad. Hagamos de este mundo un espacio habitable y amable para todos”, finaliza el experto.
“Conocerte a ti mismo, esculpe tu carácter”.
Bojorge@teleton.org.mx