Historias y logros compartidos
Antes que llegara al Departamento de Trabajo, la secretaria Hilda Solís, o la jueza del tribunal supremo Sonia Sotomayor, o la directora de política interna de la Casa Blanca Cecilia Muñoz… ya estaba Dolores Huerta.
Dolores co-fundó el Sindicato de Trabajadores Campesinos (UFW por sus siglas en inglés) con Cesar Chávez en 1962 y desde entonces ha dedicado su vida a los hombres y las mujeres que cosechan los campos de Estados Unidos.
A principios de este mes, el Presidente Barack Obama le concedió a Dolores la Medalla Presidencial de la Libertad y días antes, el Departamento de Trabajo le rindió tributo dejando su nombre para siempre en la Galería de Honores. Un gran número de latinos seguimos sus pasos con humildad y orgullo.
Este año, ella, junto con el UFW celebran medio siglo de lucha para asegurar la salud, seguridad, y el derecho de negociar el sueldo de los trabajadores. El próximo año, el Departamento de Trabajo celebrará su propio aniversario— 100 años de apoyar los salarios justos y proteger la salud y seguridad de todo empleado.
Mientras Dolores luchaba por los derechos civiles, también trans$ía el Departamento de Trabajo—poco después, más personas pudieron tomar empleos que habrían sido inimaginables unos años atrás. La fuerza laboral tendría más justicia, diversidad, seguridad, y menos discriminación. Eso ayudó a Dolores a negociar mejores sueldos para campesinos en 1966 y años después.
Yo he aprendido de ella, y hoy, como secretaria de trabajo de Estados Unidos, estamos protegiendo a todo trabajador, sin importar su estado de inmigración. Adicionalmente, hemos contratado cientos de investigadores bilingües, aumentado nuestra comunicación con trabajadores y empresarios en todo el país, y hemos elevado las normas laborales para el beneficio de los trabajadores.
Nada de esto habría sido posible sin Dolores. Somos capaces de hacer nuestro trabajo en el Departamento de Trabajo porque ella nos ha mostrado el camino. Ella nos ha dejado un gran ejemplo. Su historia es nuestra también y nos ponemos de pie por ella.