En marcha contrarreloj para obtener firmas en Compton

Líderes de campaña de destitución de Skyy Fisher, miembro del CUSD, temen que no tengan suficientes firmas antes de la fecha límite

Vecinos de Compton reciben los formularios para obtener las firmas a favor de la destitución de Skyy Fisher. La campaña contra el miembro del CUSD ha unido a latinos y afroamericanos de la ciudad.

Vecinos de Compton reciben los formularios para obtener las firmas a favor de la destitución de Skyy Fisher. La campaña contra el miembro del CUSD ha unido a latinos y afroamericanos de la ciudad. Crédito: Jessica Kwong

A más de un mes de iniciado el primer proceso para destituir a un oficial electo en Compton, los líderes del Comité para Destituir a Skyy Fisher convocaron a una conferencia de prensa con la preocupación de que no van a recaudar suficientes firmas de votantes registrados antes de la fecha límite.

La idea de la convocatoria el martes pasado frente a la sede del Distrito Escolar Unificado de Compton (CUSD) era para que miembros del comité informaran a los padres de que se están circulando peticiones para recaudar por lo menos 10 mil firmas antes del 7 de octubre.

“El miembro de la mesa directiva Skyy Fisher, le ha faltado el respeto a la comunidad de Compton en la peor manera posible”, dijo antes de la conferencia Paulette Simpson-Gibson, presidenta del NAACP de Compton, una de las organizaciones tras el comité.

“¡Lo estamos destituyendo porque su comportamiento y desprecio por el puesto que mantiene… es una vergüenza para la comunidad y el mismo puesto! ¡Se tiene que ir!”, afirmó.

Fisher enfureció a grupos de latinos y afroamericanos en Compton cuando criticó una presunta relación sexual entre un maestro y una estudiante latina, usó un epíteto para describir a Trayvon Martin y llamó a la superintendente una “perra”, en la radio hace más e 3 meses.

Menos de 20 personas asistieron a una reunión del comité el mes pasado, un grupo más pequeño que el de la reunión anterior, cuando se distribuyeron por primera vez las peticiones para la destitución de Fisher.

“¿Por qué no podemos involucrar a los padres?” expresó entonces la coordinadora del comité, Lestean Johnson, levantando la voz y los brazos. “¿Cuál es el problema? Si no podemos involucrar a los padres, esto está muerto”.

Aunque algunos padres en la reunión trajeron sus peticiones con firmas, Johnson dijo que es probable que no obtengan suficientes firmas antes de la fecha límite.

La estrategia , dijo, es entregar a las autoridades electorales del condado las firmas a finales de octubre, para que la destitución de Fisher entre a las elecciones del 6 de noviembre. Así, evitarían que el distrito escolar gastara una gran cantidad de fondos en una elección especial. El grupo tiene hasta el fin de la primera semana en noviembre para entregar las firmas al Registrar, la oficina del condado a cargo de las elecciones.

“Si 30 personas recaudan 100 firmas cada mes, tendríamos 3,000 firmas”, declaró Johnson. “Tenemos cuatro meses para conseguir 12 mil firmas ? julio ya se fue, entonces agosto, septiembre y octubre”.

Sin embargo, Fisher, de 29 años, expresó poca preocupación sobre la oposición.

“Cuando voy a la tienda de comestibles, mucha gente me dice que me equivoqué, pero que siga adelante”, dijo en una entrevista por teléfono con La Opinión.

“Y he estado trabajando duro. Tengo un trabajo de tiempo completo y soy un miembro de la mesa directiva, entonces no tengo tiempo para la política”.

Agregó que los esfuerzos del comité son “el proceso democrático”.

“Lo que sea que están haciendo, les deseo nada más que paz y bendiciones”, dijo Fisher.

“Sé que él siente que [la destitución] no puede suceder, pero estamos determinados a asegurar que si va a pasar”, dijo por su parte Simpson-Gibson, de 49 años.

Muchos miembros de la comunidad dicen que este esfuerzo para la destitución ha unido a latinos y afroamericanos por primera vez en la historia de la ciudad, porque Fisher ofendió a los dos grupos, pero el comité todavía enfrenta tensiones raciales al salir a las calles para pedir firmas.

“Cuando nosotros latinos pedimos firmas de los afroamericanos como que no confían en nosotros”, relató María Elena Llamas, de 72 años, durante la reunión. “Necesitamos trabajar una raza con la otra para que los votantes registrados confíen en nosotros”.

Pat Ryan, de 75 años, una maestra del distrito escolar retirada, tuvo otra sugerencia.

“Deben de traer también jóvenes a las calles, porque ellos son los que van a ser afectados”, opinó. “Eso va a hacer una diferencia”.

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