Dudas sobre resultado electoral en EEUU frenan a ‘soñadores’
Jóvenes indocumentados que podrían beneficiarse de la Acción diferida no han iniciado su trámite por temor a lo que podría suceder con ese programa si Mitt Romney gana las elecciones.
El día en que el gobierno federal comenzó a aceptar solicitudes de Acción diferida muchos consulados locales no se daban abasto. Las filas largas afuera de varias instalaciones diplomáticas causaron incluso altercados porque padres y estudiantes querían tramitar a la brevedad posible sus identificaciones (pasaporte o matrícula) para utilizarlas en su trámite de Acción diferida. En tanto, abogados de inmigración y organizaciones cívicas atendían a diario numerosas solicitudes de asesoría de jóvenes ‘soñadores’. Pero ahora esa actividad se ha reducido.
Las oficinas de organizaciones como FIEL y CRECEN y los consulados han regresado a la normalidad y la euforia se ha contenido.
Según cifras que publicó el rotativo The Wall Street Journal, desde el 15 de agosto, cuando entró en vigor el programa de Acción diferida —que permite a ciertos jóvenes indocumentados permanecer en el país sin el riesgo de ser deportados por dos años prorrogables y recibir número de Seguro Social y permiso de trabajo—, el gobierno solamente ha recibido 40,000 solicitudes, una cifra baja en términos relativos si se considera que el número estimado de personas que podrían ser beneficiados por la Acción diferida es 1.7 millones.
Uno de los factores que estaría contribuyendo a las dudas de los ‘soñadores’ tiene que ver con lo que pueda suceder en las próximas elecciones presidenciales del 6 de noviembre, ya que el candidato republicano Mitt Romney ha dejado claro que no le agrada este programa y que lo reemplazará de llegar al poder
“La campaña chocante de Romney ha sido directa y de alguna manera ha sembrado la duda en las personas que podrían calificar para este programa”, dijo Teodoro Aguiluz, director de la organización CRECEN.
En las oficinas de FIEL hace tres semanas la fila era larguísima. Hoy, los trabajadores de esta organización que asesora a los ‘soñadores’ trabajan con más tranquilidad.
“Sí hemos notado que el flujo de ‘soñadores’ ha disminuido notablemente en nuestras oficinas y aunque una de las razones podría ser por temor a lo que pueda suceder en las próximas elecciones otro factor es que los costos para someter la solicitud no son fáciles de hacer para familias que tienen más de un hijo que califica para el programa”, dijo César Espinosa, director de la organización FIEL.
La tarifa oficial por cada trámite de Acción diferida es $465, más posibles costos adicionales por honorarios de abogados o trámite de pasaportes.
Con el programa Acción diferida el gobierno ha asegurado que los postulantes que califiquen no serán sometidos a deportación pero es evidente que existe desconfianza porque muchos temen que la información que van a someter podría perjudicar a sus familias en el futuro.
“Sí hemos notado que las personas que vienen a solicitar asesoría tienen un poco de temor de seguir adelante con el proceso”, agregó Espinosa.
Organizaciones cívicas consideran que es preocupante el relativo bajo número de ‘soñadores’ que están presentando solicitudes porque esto podría debilitar el programa de Acción diferida.
“Si no existe una contundente respuesta para este programa el gobierno podría verlo como un programa que tendría que ser revisado”, señaló Aguiluz, CRECEN.
Algunos estudiantes admiten que sí han pensado en cómo podrían ser afectados por los resultados de las elecciones presidenicales de noviembre pero no están dispuestos a dejar pasar esta oportunidad.
“Yo ya sometí mi solicitud [de Acción diferida] y ya estoy a unas semanas de recibir mi permiso de trabajo. Creo que lo recibiré antes de las elecciones presidenciales, así que voy a tener dos años para decidir cuál será mi siguiente paso y no importa si gana Obama o Romney, no me lo van a poder quitar [el permiso]”, comentó Diana Gómez, trabajadora social.
Muchos jóvenes indocumentados que podrían beneficiarse de la Acción diferida no han iniciado su trámite por temor a lo que podría suceder con ese programa si Mitt Romney gana las elecciones. Otros se han frenado por el costo del procedimiento. Activistas en Houston lo explican.