El mundo de Romney

Las palabras que un candidato dice a puertas cerradas, con la guardia baja, revela mucho más sobre el individuo, su manera de pensar, sobre su punto de vista y apreciaciones que posiblemente tenga un efecto en su manera de gobernar.

En esta era ya es común que una cámara o una grabadora de la oposición llegue a las recaudaciones de fondos y reuniones fuera de la cobertura de los medios. En 2008 fue el candidato Barack Obama quien en San Francisco dijo que las dificultades económicas en el Medio Oeste del país hace que la gente “se aferre a la religión y a las armas”.

Este comentario fue hecho y explotado de la misma manera que está ocurriendo hoy con lo dicho por Mitt Romney sobre el 47% de estadounidenses que no pagan impuesto federal a los ingresos y que se sienten con derecho “a la salud, a la comida, a la vivienda, a los que ustedes digan”.

Es argumentable que cerca de la mitad de los estadounidenses no pagan este impuesto. Una cifra cercana a esta está integrada por trabajadores con ingresos muy bajos, por desempleados, estudiantes y jubilados. Si se toma en cuenta la cifra de personas que pagan impuestos a la nómina el porcentaje se reduce más.

Pero el problema no es tanto la cifra, como la petulancia del candidato presidencial y la imagen despiadada que tiene de que la mitad del país “cree que son víctimas” y que por eso también creen que el gobierno los debe ayudar.

Esta manera de pensar es inquietante en un candidato que está haciendo de los cambios impositivos una prioridad y que habla de eliminar los servicios gratuitos de la reforma médica porque “nada es gratis”, tal como lo dijo su campaña.

Todo esto revela una profunda ignorancia e hipocresía de parte de Romney.

Ignorancia por el desconocimiento que tiene de la realidad del estadounidense medio, que lo lleva al desdén de sus preocupaciones y necesidades. ¿Cómo explicar que Romney realmente piense que un ingreso anual de 250,000 dólares sea de clase media?

Hipocresía porque se queja de los que se sienten con derecho a la ayuda del gobierno, al mismo tiempo que el respaldó el rescate bancaria, apoya los subsidios agrícolas y los beneficios que el gobierno otorga a través de regulaciones y políticas impositivas.

Hechos como este son los que, sin ser planeados por las campañas políticas, ayudan a definir a los candidatos. Son momentos espontáneos y situaciones mas privadas que contribuyen a determinar si un candidato presidencial es el más adecuado para este momento de nuestros país.

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