Cercan a los Zetas

Primero dieron a conocer que mataron a "El Lazca", luego que se robaron el cadáver...

MÉXICO, D.F.— El líder del cártel de los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, el Z3, instructor de un ejército de sanguinarios capaces de matar a golpes, desmembrar troncos humanos, torturar, decapitar y quemar a gente viva, murió abatido por marinos mexicanos, aseguraron autoridades. Después se dio a conocer que se robaron el cadáver.

“Ahora nuestra seguridad está temblando”, dijo Pedro Pantoja, fundador del albergue Belén Casa del Migrante y activista a favor de los derechos humanos en Coahuila. “Hay balaceras por todas partes y no sabemos qué va a pasar, estamos en la incertidumbre porque los criminales a quien menos respetan es a la sociedad civil”.

Los Zetas responden cada ataque a la organización con más ferocidad para sobrevivir, explica Jorge Fernández Menéndez, autor del libro De los maras a los zetas: los secretos del narcotráfico.

“Ya no se trata de ascender lentamente con el esfuerzo y la lealtad, como en las viejas organizaciones mafiosas, sino destacar con la crueldad y la violencia para ocupar lo más rápidamente posible los numerosos huecos que quedan en la lucha contra las autoridades y sobre todo contra sus rivales internos y externos”.

Sin “El Lazca”, la organización criminal de los Zetas queda en manos de otro de los líderes fundadores, Miguel Ángel Treviño Morales, Zeta 40, famoso por su sadismo: se le achaca, por ejemplo, la autoría intelectual del cercenamiento y exposición al público de 49 troncos de rivales asesinados en Cadereyta, Nuevo León, en mayo pasado.

Además se cree que dio la orden de matar con dos tiros en la cabeza al hijo del ex dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, en días pasados, como represalia por la muerte de Alejandro Treviño Chávez, uno de sus sobrinos y colaboradores.

Z40 y el fallecido Lazcano eran desertores del ejército mexicano, que aterrorizaron Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas, Nuevo León y 15 estados más, hasta donde se impusieron originalmente como sicarios del cártel del Golfo, y después en la venta de drogas, secuestros, extorsiones, derecho de piso, robo de combustible, desapariciones y persecución de migrantes.

Las autoridades dudaron de su identidad porque el cuerpo fue supuestamente robado el lunes 8 de octubre por un comando armado.

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