Que no tomen el pelo ¡ni el dinero!
Para repetir esto toda ocasión es propicia: Cuídate de los mensajes por Internet que intentan aprovecharse de tu credulidad y quitarte tu dinero.
Parece que los delincuentes financieros -que al aprovecharse de la falta de regulación bancaria dieron en parte motivo a la última crisis financiera- no se cansan de tratar de llenarse los bolsillos con nuestro dinero:
Uno de esos peligros son los e-mails que aparentemente vienen de tu propia compañía de préstamo, el FDIC, tu banco o hasta del Gobierno y te piden tu Seguro Social, números de cuentas bancarias o códigos. Las agencias reales jamás piden esa información por Internet, así que cuídate de dárselas a estos embaucadores; si lo haces, estarías en riesgo de que te roben tu identidad.
Tampoco confíes en las ofertas que te piden que les firmes la propiedad de tu casa a cambio de que paguen tu hipoteca para que evites la mancha de un foreclosure en tu crédito. Tan peligroso como eso es el supuesto “inversionista” que te propone renegociar tu hipoteca con tu banco a cambio de un cheque de mil dólares. Eso es algo que podrías hacer tú mismo sin necesidad de pagar dinero que seguramente vas a perder.
Cuídate también de los cheques falsos de varios miles de dólares por supuestos premios ganados. Te dicen que lo deposites y que les gires una cantidad para pagar por ciertos cargos. Pero como el cheque es falso, acabarás con una penalidad por pagar un cheque sin fondo y sin del dinero que les giraste. Recuerda que ninguna compañía respetable te pide que le mandes dinero para participar en un concurso.
Aunque necesites una tarjeta de crédito aléjate de las promesas de tarjetas no aseguradas con un límite de varios miles de dólares a cambio de que les pagues un costo de procesamiento de unos 100 dólares. Claro que nunca vas a recibir la tarjeta y te vas a quedar con 100 dólares menos. Y si no lo sabes, entérate de que la mayoría de las ofertas de “arreglo de crédito” son falsas, pues nadie puede quitar información negativa, pero correcta, de tu reporte de crédito.
Muy populares y peligrosas son ahora las propuestas de trabajo en casa que primero te exigen que les pagues entre 50 y 100 dólares por pertenecer a un grupo de empleo que no existe. También están de moda las organizaciones benéficas falsas que, tratando de abrir tu corazón y tu billetera, te convencen diciendo que son la Cruz Roja o la UNICEF. Fíjate bien, porque sus correos y cartas parecen reales. ¡Ah, pero cuando vas a pagar te mandan a un sitio que no tiene nada que ver con esa organización!