Directo de Oaxaca hasta Rodeo Drive
Con su dedicación y honestidad abren el camino para sus paisanos
Última de una serie de dos partes
Muchos no hicieron escala, vinieron directamente de las comunidades agrícolas de Oaxaca, México, a los elegantes restaurantes y cafeterías de Beverly Hills, respaldados por la dedicación y la honestidad de sus paisanos que llegaron primero.
Así llegó Iván Robles, originario de la comunidad de Santa Gertrudis Zimatlán, en la región de los Valles de esa entidad sureña. Hace nueve años, él dejó los campos de Oaxaca para venir a trabajar en el restaurante de comida mexicana Frida, en Beverly Drive.
“No sabía ni dónde estaba, con el tiempo me di cuenta que Beverly Hills es totalmente distinto al resto de Estados Unidos”, comenta Robles, de 32 años y quien ahora es jefe de meseros en el local.
Ha pasado mucho tiempo desde aquel abrupto cambio de vida, aunque Robles, habitante del vecindario de Mar Vista, reconoce que todavía se siente extraño entre tanto lujo.
“Es la hora que no me acostumbro, demasiados carros, demasiadas computadoras”, comenta.
Sus familiares en Oaxaca han recibido con orgullo las fotografías que Iván les envía con sus famosos clientes: Salma Hayek, Enrique Iglesias, Mike Tyson, Leonardo DiCaprio, Demi Moore, Jackie Chan. En la más reciente posa junto al expresidente de México, Vicente Fox, que hace poco visitó el negocio.
Sólo en el restaurante Frida trabajan 20 oaxaqueños, conformando más del 65% de la plantilla laboral. Pero también están en las cocinas y cafeterías de muchas otras partes de la ciudad.
“Como se conocen se llaman para trabajar aquí, todos son bien activos, por eso los restaurantes los contratan y no los dejan ir”, menciona Jesús Vázquez, gerente de Frida.
Desde hace ocho años, Adrián López, del poblado San Juan Guelavía, es cocinero en una cafetería localizada en Canon Drive. Su historia es similar: abandonó las duras faenas agrícolas por el ‘Sueño Americano’, para venir a la fascinante Beverly Hills.
“Me daba nervios por no saber cómo era la ciudad, pero al llegar aquí es una oportunidad grande de conocer a las personas”, dice López, de 31 años. Él también ha atendido a muchas celebridades.
Cada mañana, cuenta López, decenas de oaxaqueños coinciden en los autobuses que cruzan las calles de Beverly Hills. Él ha contado a por lo menos 50 paisanos, quienes trabajan como meseros, limpia-mesas, cocineros, entre muchos otros oficios, en el distrito comercial de Rodeo Drive, famoso en el mundo por sus tiendas de alta costura y elegante estilo.
“Somos los que más levantamos el ánimo de trabajar aquí. Llegas a Oaxaca y te preguntan: ‘¿dónde trabajaste?’ En Beverly Hills, la gran ciudad. No cualquiera está acá”, dice López con orgullo.
Se calcula que el área metropolitana de Los Ángeles es hogar de unos 700,000 oriundos de Oaxaca. No está claro cuántos de ellos laboran en la ciudad de Beverly Hills.
“La percepción general es que los oaxaqueños son bien trabajadores y honestos”, asegura Mauro Hernández, presidente del grupo Organizaciones Regionales de Oaxaca.
El activista no se sorprende al enterarse de la notable presencia de sus paisanos en Rodeo Drive. “Los oaxaqueños están prácticamente en todos los negocios”, precisa Hernández.
Fausto Manuel, de 25 años y nativo de Sierra Juárez, fue contratado hace cuatro años en un negocio de comida de la aglomerada Beverly Drive. Le ayudó la recomendación de uno de sus conocidos para entrar al local, donde ahora es uno de los cocineros principales.
“Mis compañeros son muy trabajadores y los dueños de los restaurantes se fijan en eso, por eso se quedan aquí”, explica.
La entrevista con Manuel es breve, dura apenas dos minutos. El joven se disculpa porque los clientes esperan sus platillos y su deber es prepararlos lo antes posible.
“No quiero ser grosero”, dice con timidez antes de partir. Así es el tesón de los oaxaqueños que no se detienen en Rodeo Drive.