El Monte alcanza su primer centenario
Para los 113,000 habitantes de la zona, la economía es una prioridad
No es difícil acertar el origen de su nombre: soldados y misioneros españoles llamaron “El Monte” a la región sombreada por árboles altos y bendecido por el cauce de dos ríos, donde solían descansar.
Desde el siglo XVIII así conocieron al oasis donde tomaban un respiro antes de llegar al poblado de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, después convertido en hogar de quienes venían tras el oro de California. Hoy es el destino de inmigrantes latinos y asiáticos que persiguen el “sueño americano”.
Esta es su composición demográfica 100 años después de su fundación (el 18 de noviembre de 1912): 72% hispanos, 18% asiáticos y 7% blancos.
En la actualidad, donde una vez hubo sauces y alisos se observan industrias, comercios, restaurantes, zonas residenciales y la estación de autobuses más grande del oeste del país.
“Estamos cerca de todo: del centro de Los Ángeles, de las montañas, de San Diego”, destaca Verna de Los Reyes, quien ha vivido en El Monte desde hace 27 años.
De Los Reyes, quien es de origen filipino, lamenta no obstante que la ciudad no haya dejado de ser un sitio de paso, algo que atribuye a no estar enfocada en el entretenimiento familiar. “Aquí no se celebra el Cinco de Mayo, ni el Año Nuevo Chino, y no tenemos un solo campo de futbol, el deporte más popular entre los hispanos”, dice.
Jerry Velasco, un empresario que vive en El Monte desde hace 23 años, piensa que a las autoridades les faltó dirección y enfoque a la hora de planificar este municipio. “Uno encuentra un restaurante, una clínica, una llantera y una taquería en la misma cuadra”, explica. Este error debe servir de experiencia para las muchas áreas aún disponibles en la metrópoli, opina.
“Esta es una de las pocas ciudades que tienen terrenos vírgenes donde aún no se ha construido, por eso mucha gente tiene la vista puesta aquí”, indica Velasco, quien es también comisionado de Planificación del municipio.
Para los 113 mil habitantes de El Monte —como el resto de los estadounidenses— la economía está al frente de sus prioridades. La cifra de desempleo en septiembre pasado era del 12.6%, por debajo del 16.4% registrado en julio de 2010, pero muy encima del 5.4% reportado en diciembre de 2006.
Aunque su gobierno balanceó el déficit fiscal, el término de un aumento de medio centavo al impuesto a las ventas podría restarle cuatro millones de dólares a sus cofres a partir del año 2014. También afectó la derrota de la polémica Medida H, que pedía elevar el impuesto a los distribuidores de bebidas azucaradas para recaudar fondos para programas sociales y servicios públicos.
Los venció la poderosa industria refresquera, que gastó más de 1.3 millones de dólares en propaganda; ha sido la campaña política más cara en la historia de la ciudad.
Al gobierno de El Monte le ha ido mejor en la tasa delictiva, donde la violencia se redujo 43% el año pasado. “Gastamos 24 millones de dólares anuales en el Departamento de Policía y esa inversión la estamos viendo ahora”, señala el alcalde André Quintero.
Autoridades y vecinos confían en que la renovada estación de autobuses de El Monte, en la cual se gastaron 60 millones de dólares, sea un detonador para el tan anhelado desarrollo económico de la ciudad.
Pero sus 40 mil pasajeros diarios son solo una parte del futuro de esa localidad.
“Tengo la esperanza de que tomaremos las decisiones correctas ahora y que la convertiremos en una ciudad innovadora enfocada en la educación”, dice Quintero.
De Los Reyes coincide con el alcalde: “No debemos esperar otros 100 años para cambiar la ciudad”.