Inmigrantes con VIH consiguen un refugio
El lugar marca una diferencia para deportados
TIJUANA, México (EFE). Inmigrantes deportados de Estados Unidos con VIH encuentran refugio en el albergue Las Memorias de la ciudad de Tijuana, el único de Baja California para tratar a pacientes con sida.
Inaugurado hace 14 años con la idea de apoyar a personas con VIH/sida de escasos recursos o sin lugar donde vivir, en Las Memorias habitan 90 personas de las que cerca de la mitad son deportados.
Entre sus servicios este albergue brinda medicamentos, transporte a instituciones de salud y sesiones informativas sobre la enfermedad.
Según explicó su fundador, José Antonio Granillo, el albergue nació ante la necesidad de que la frontera contara con un lugar especializado que no rechazara a personas con VIH.
“Es muy triste ver cómo muchas personas mueren abandonadas en las calles de Tijuana sin haber sido atendidos con dignidad”, dijo.
En la mayoría de los casos la enfermedad está relacionada con un problema de adicciones, por lo que los residentes del albergue deben seguir un tratamiento en el lugar para superar sus dependencias.
Granillo dijo que el mayor enemigo de la enfermedad sigue siendo el estigma social y la discriminación que sufren los portadores del virus.
“La desinformación es un obstáculo muy grande”, consideró. “Eso nos invita a seguir trabajando y concienciar a la comunidad para que de esa manera se pueda informar a las nuevas generaciones”.
Las Memorias, que recibe el nombre en homenaje a todas las personas que portan el virus, ha atendido desde que abrió sus puertas a dos mil 250 personas portadoras del virus y víctimas de adicciones. La mayoría logra mejorar y readaptarse a la sociedad, señaló Granillo.
Juan Manuel Gutiérrez, de 36 años, fue deportado hace unos meses de San Diego, lugar que fue su casa por 17 años. Al llegar a Tijuana no tenía un lugar donde vivir y se quedó en la calle, donde una noche fue asaltado y sufrió lesiones en un pie. Hace ocho meses llegó a Las Memorias, donde se le ha brindado atención médica. El inmigrante asegura que en EEUU no le daban esperanza de vida.
“Allá me daban dos meses de vida, prácticamente le dijeron a mi hermana y mis sobrinas que estaba a punto de morir”, recuerda Gutiérrez.
Ahora dice sentirse bien y, asegura, ha aprendido a vivir con el VIH. Aún así lamenta que todavía sea víctima de discriminación cuando otros se enteran de que es portador del virus. “A uno lo ven diferente, todavía hay mucha desinformación”, señala.
Virginia Loera Flores, de 35 años, ha encontrado también una segunda oportunidad de vivir en Tijuana tras ser deportada desde EEUU.
La oriunda de Matamoros, Tamaulipas, recuerda que durante años deambuló por las calles de Tijuana debido a que no tenía un hogar. Por mucho tiempo fue adicta a las drogas y portadora del VIH.
Ahora ve en el albergue a “una familia”, donde le han enseñado a tratar la enfermedad. “Antes yo no sabía siquiera que había medicamentos para tratar el VIH”, explica.
El tener problemas de movimiento debido a un accidente sufrido mientras trabajaba en la construcción no detiene a José Morales Bedolla, de 53 años, también deportado de San Diego. “Llegué casi muerto y aquí volví a nacer”, relata.
Paciente de tuberculosis, el originario de Michoacán ha retomado los ánimos y la motivación gracias al apoyo de sus compañeros en el albergue.
Luego de que mejorara su estado de salud, hace 22 días tuvo contacto con una de sus hijas, a la cual no ve desde hace más de 20 años, cuando fue repatriado de EEUU.
Según datos de la Secretaría de Salud de Baja California, en lo que va del 2012 se reportaron 102 casos de VIH.
Un estudio de la Librería Pública de Ciencia realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de California, emitido hace unos años, señala que las víctimas deportadas de EEUU a Tijuana con adicciones tienen cuatro veces más posibilidades de infectarse con el virus que el resto. Como parte de las actividades organizadas con motivo de la celebración ayer del Día Internacional de la Lucha contra el VIH/sida, miembros del albergue viajaron a Los Ángeles para participar en una campaña informativa en Estados Unidos.