Retiran cargos contra Sánchez
Fiscalía buscará reiniciar el caso en contra del activista de Homies Unidos
Al activista Alex Sánchez le han quitado, al menos temporalmente, una lápida de encima. Por más de tres años lo acusaron de asociación delictuosa y conspiración para cometer un asesinato, pero fiscales federales han pedido retirar los cargos por información errónea presentada al jurado.
“Hemos ganado una batalla en esta guerra”, dijo Sánchez a La Opinión. “Han cometido varios errores y ahora están reconociendo que están equivocados”, comentó quien sigue al frente de Homies Unidos, una organización que fundó para asistir a chicos que deciden abandonar las pandillas.
Ni debe muerte alguna, ni tiene autoridad dentro de la Mara Salvatrucha, ni planea convertirse en un fugitivo, afirmó el activista en una entrevista. “Nada de eso es cierto, por eso estoy libre”.
Si bien la solicitud de los fiscales, presentada el lunes, indica que los problemas de información cometidos obligaron a eliminar las imputaciones que desde el 2009 pesan contra Sánchez, podría tratarse de una estrategia para poder reformular las acusaciones.
“El gobierno hace esta petición con la intención expresa de volver a presentar algunos de los cargos retirados”, precisó la oficina local de la Procuraduría federal, según documentos judiciales.
Sánchez fue detenido en 2009 por agentes del FBI, junto a 23 presuntos miembros de la violenta Mara Salvatrucha (MS-13), acusado de ordenar el asesinato de Walter “Camarón” Lacinos, quien fue encontrado muerto en El Salvador.
Para la defensa del activista, la petición de la parte acusadora es un paso hacia el reconocimiento de su inocencia. “Aplaudimos al gobierno por reevaluar concienzudamente el caso y por reconocer que la evidencia que ha sido presentada al gran jurado no es compatible con los cargos presentados contra Alex”, comentó su abogada Amy Jacks en un comunicado.
La litigante indicó que si se echa por tierra el caso, Sánchez podría retomar su labor comunitaria. Desde que salió libre, luego de cubrir una fianza de dos millones de dólares, tras siete meses en prisión, el salvadoreño retomó su cargo como director ejecutivo de Homies Unidos, pero ciertas actividades han sido canceladas por falta de fondos, como la remoción de tatuajes.
“Son varios años que he estado con este peso”, comentó Sánchez, de 41 años y padre de cuatro hijos. “Esto me ha impactado emocional y económicamente”, recalcó.
Su arresto asombró a quienes elogiaron su trabajo como pacificador de bandas del oeste de Los Ángeles, particularmente de Koreatown, sede de la MS-13. Ya sembrada la duda sobre una presunta doble vida, Sánchez decidió mantener un perfil bajo, aunque no ha dejado de impulsar programas antipandillas.
“Mientras los jóvenes me pidan ayuda yo lo seguiré haciendo”, subrayó.
Pero los fiscales aseguran que él habla de paz en las calles, mientras conservaba el apodo de “Rebelde”, un tatuaje de la MS-13 en su pecho y la autoridad para ordenar homicidios. Y temen que huya a El Salvador, a pesar de que se le concedió asilo político aquí por las amenazas contra su vida en aquel país.
“No pienso irme a ningún lado”, aseguró Sánchez, quien indicó que ya borró los tatuajes que tenía en brazos, piernas, dedos y pecho. Desde la década de 1990, recalcó, no ha regresado a la MS-13.