Entrevista

Lance espera castigo

En entrevista con Oprah, Armstrong habla de pérdidas y de Livestrong

En la pantalla gigante de un restaurante en Grapevine, Texas, se  aprecia a Armstrong en la segunda parte de la entevista con Oprah.

En la pantalla gigante de un restaurante en Grapevine, Texas, se aprecia a Armstrong en la segunda parte de la entevista con Oprah. Crédito: AP

CHICAGO.— La segunda parte de la entrevista que Lance Armstrong concedió a la periodista Oprah Winfrey, continuó anoche y en ella Armstrong admitió que se merece un castigo, pero en la misma proporción que otros, por lo que no considera que el haberle condenado a perpetuidad sea justo.

El momento más emotivo fue cuando Winfrey le preguntó cómo había dicho la verdad a sus hijos y Armstrong tuvo que hacer un gran esfuerzo para evitar las lágrimas.

“A mi hijo Luke, simplemente le dije que no me defendiera más antes los otros niños, que simplemente les dijera que lo sentía por lo que hice”.

Lance tocó el tema de los efectos económicos que tuvo al ser despojado de los siete títulos del Tour de Francia.

“En sólo unos días perdí 75 millones de dólares en patrocinadores”, reconoció Armstrong.

“La llamada más difícil fue la que me hizo Nike para comunicarme que no podían seguir con el apoyo y lo mismo sucedía con los de mi Fundación Livestrong”.

¿Qué le dices a los millones de personas que creyeron en los brazaletes de Livestrong?

“Les digo que entiendo su molestia, su sensación de traición, que les mentí y lo siento. Estoy comprometido a pasar el tiempo necesario para hacer enmiendas”.

¿Había personas que querían que dejaras de mentir?

“Claro. Mi exesposa Christine cree en la honestidad, pensamos diferente muchas cosas, pero tenemos tres hijos juntos y merecen saber la verdad al igual que el público, explicó.

Una noche después de que Armstrong admitiera un régimen de dopaje sistemático que le llevó a la cima del podio en el Tour de Francia, el desacreditado exciclista texano continuó su entrevista exclusiva con Winfrey hablando de los efectos más personales de la suspensión a perpetuidad que recibió por parte de la USADA.

Winfrey comenzó preguntando a Armstrong si se siente deshonrado, a lo que el exciclista contestó con un sí y añadió textualmente: “Me siento avergonzado, hundido. Son cosas muy feas”.

A la pregunta de cuál fue el peor momento que le ha tocado vivir, Armstrong dijo que perder acuerdos de patrocinio, pero nada comparado a cuando cortó los lazos con Livestrong, la organización benéfica contra el cáncer que él mismo fundó y que ha vendido en el mundo más de 80 millones de pulseras de goma amarillas.

El pasado 4 de noviembre, Armstrong, de 41 años, renunció a la junta directiva de Livestrong.

Anteriormente, el 17 de octubre, también había dejado la presidencia, pero había mantenido un puesto en el Consejo.

“La fundación Livestrong es como mi sexto hijo”, destacó Armstrong.

“Tomar la decisión de hacerse a un lado era algo muy grande de asumir y difícil de hacer. Era lo mejor para la organización, pero duele como el infierno. Ese fue el momento más difícil de todo”.

Oprah Winfrey le preguntó si la organización Livestrong puede sobrevivir sin su historia.

A lo que el exciclista texano, que la ha ayudado a recaudar 500 millones de dólares, respondió con un “eso espero”.

Winfrey le preguntó a Armstrong sobre una entrevista en la que el director ejecutivo de la agencia, Travis Tygart, dijo que un representante del ciclista había ofrecido una donación que la agencia había rechazado.

“¿Estabas tratando de sobornar a la agencia?”, preguntó Winfrey.

“No, eso no es cierto”, replicó. “Eso no es cierto”.

Winfrey hace la pregunta otras tres veces, en diferentes formas.

“Eso no es cierto”, insistió Armstrong.

La portavoz de la agencia, Annie Skinner, replicó una declaración: “Nosotros defendemos los hechos reflejados tanto en la decisión razonada como en la entrevista en ’60 Minutos'”.

Armstrong ha hablado con funcionarios de la agencia, y un encuentro con Tygart cerca del aeropuerto de Denver terminó con una discusión sobre la posibilidad de que se modificara la suspensión de por vida de Armstrong.

Una persona familiarizada con esas conversaciones dijo que Armstrong pudiera proveer información que podría hacer que su suspensión fuera reducida a ocho años.

Para entonces, Armstrong tendría 49 años. Tras retirarse del ciclismo en el 2001, regresó a los triatlones, donde comenzó su carrera de adolescente, y ha dicho que está desesperado por volver.

Winfrey le preguntó si era por eso que acordó conceder la entrevista.

“Si me estás preguntando si quiero competir de nuevo… la respuesta es por supuesto que sí”, dijo Armstrong.

“Soy un competidor. Es lo que he hecho toda mi vida. Me encanta entrenar. Me encanta correr. Y no espero que suceda”.

Apenas tres preguntas más tarde, un destello del viejo Armstrong emergió.

“Francamente”, dijo, “esta pudiera no ser la respuesta más popular, pero yo pienso que me lo merezco. Quizás no en estos momentos … [pero] si pudiera regresar en el tiempo y decir: ‘Ok, ¿ustedes están proponiendo un cambio de mi historia por una suspensión de seis meses?’ Porque eso es lo que recibieron los otros”.

Once excompañeros de equipo de Armstrong, incluyendo varios que previamente dieron positivo en exámenes de drogas, declararon sobre el dopaje en el equipo USP a cambio de castigos menos severos.

Armstrong dijo que supo que su suerte estaba sellada cuando su viejo amigo, compañero de entrenamientos George Hincapie, que participó con él en sus siete triunfos en el Tour de Francia, fue forzado a denunciarle ante las autoridades antidopaje.

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