Deportaciones no frenan a los migrantes mexicanos
El arresto y deportación desde Estados Unidos prácticamente no sirven para disuadir a los mexicanos que buscan ingresar de nuevo al país, reveló un estudio de la Universidad de Arizona.
FLAGSTAFF, Arizona. — El arresto y deportación desde Estados Unidos prácticamente no sirven para disuadir a los mexicanos que buscan ingresar de nuevo al país, y en particular a aquellos que consideran el territorio estadounidense su hogar, reveló un estudio presentado el jueves por la Universidad de Arizona.
Entre 2010 y 2012, un equipo de investigadores del Centro de Estudios Latinoamericanos de la universidad entrevistó a más de 1,100 personas en México dentro del primer mes posterior a su más reciente deportación. Más de 60% dijo que no intentaría cruzar nuevamente la frontera en una semana, pero 56% dijo que lo haría en el futuro cercano.
El deseo de regresar a Estados Unidos surge a pesar de que los entrevistados reportan extenuantes recorridos por el desierto, peligros, violencia, abuso, endeudamiento o la pérdida de sus pertenencias, dijo Jeremy Slack, uno de los principales investigadores del estudio. Los entrevistados tenían un ingreso promedio de 280 dólares mensuales por familia antes de irse de México. Además, más de 40% reportó ser el único proveedor de la casa.
“Ese es un enorme testimonio de la fuerza de voluntad de la gente”, agregó Slack.
El estudio se dio a conocer un día después de que un grupo de senadores republicanos y demócratas que trabajan en un proyecto de reforma migratoria visitó la frontera entre México y Estados Unidos. El grupo indicó que estaría listo para dar a conocer la iniciativa en unas dos semanas, cuando el Congreso regrese de un receso. El plan busca asegurar la frontera y un camino para que unos 11 millones de personas que no tienen papeles migratorios puedan obtener la ciudadanía.
Slack dijo que el debate debe incluir formas para mantener las familias juntas o reunirlas, aunque reconoció que ese plan podría no ser popular políticamente.
“Esto no es necesariamente un debate basado en hechos”, agregó el investigador. “Este es un tema emocional. Por eso, tal vez hay muchas formas en las que nuestro trabajo no aportará. Pero tal vez para la gente que está tratando de ser más abierta o de cuestionar algunas de esas aseveraciones, este trabajo puede ser de mucha utilidad”.
La mitad de los participantes en el estudio tiene al menos un familiar con ciudadanía estadounidense y uno de cada cuatro tiene un hijo menor de 18 años nacido en Estados Unidos. Casi la mitad trató de quedarse permanentemente en el país después de su más reciente cruce fronterizo y el 28% considera a Estados Unidos su hogar.