Conquistan Chicago
Dos mexicanos logran éxito con tamales, máscaras de luchadores
CHICAGO, Illinois (EFE). Un pequeño camión que se asemeja a una nave espacial, ocupado por hombres con máscaras de personajes de la lucha libre y sombreros de charros mexicanos, recorre diariamente el centro de Chicago vendiendo una variedad única de tamales.
Es el “Tamale Spaceship”, una idea de dos inmigrantes mexicanos amantes de la ciencia ficción y de la lucha libre mexicana muy popular en los años 60 y 70, pero que muchos recuerdan por sus figuras más conocidas como “El Santo”, “El rayo de Jalisco” o “El huracán Ramírez”. “Eran nuestros superhéroes y como tales queremos recordarlos todos los días”, dijo Manny Hernández.
Oriundo de la capital mexicana, este “chilango” ha vivido más de la mitad de sus 40 años en Chicago y, como todo inmigrante, pasó por todo tipo de trabajos con el sueño de tener un negocio que le permitiera ser su “propio patrón.”
Como en todos los casos en que una crisis se convierte en la oportunidad de hacer algo nuevo, Manny perdió su trabajo fijo hace más de dos años y fue entonces que se asoció con el también mexicano Pepe Balanzar, oriundo de Acapulco, Guerrero, para probar suerte en el negocio de la comida ambulante.
Los dos se conocieron trabajando en el restaurante “Frontera Grill”, del chef Rick Bayless, donde adquirieron experiencia en la cocina mexicana, en especial en ciertos platillos regionales.
“Nos decidimos por los tamales porque eran fáciles de calentar y de cumplir con los requisitos municipales, pero queríamos ir más allá del tradicional taco verde, rojo y de dulce. Aquí la gente sabe mucho de comida”, dijo Hernández.
En esos momentos, los camiones, que en algunos casos son verdaderas cocinas ambulantes, ofrecían a la hora del almuerzo una variedad que iba de tacos y empanadas, hasta pollo picante y postres variados.
Con la aparición de los “tamales intergalácticos”, los consumidores comenzaron a saborear además platillos tradicionales mexicanos convertidos en tamales.
Por ejemplo, la cochinita pibil, tradicional en Yucatán, donde la carne es marinada con una semilla llamada achote y cocinada durante ocho horas a baja temperatura.
Este carne se sirve con salsa de chile habanero, muy picante, y se adorna con cebollas rojas en vinagre.
También ofrecen el bistec de Oaxaca con un mole negro que tiene 27 ingredientes; tamales de remolacha y queso de cabra, con salsa blanca de ajo; pato con mole de calabaza, pescado a la veracruzana, cochito (puerco) chiapaneco o vegetarianos.
“Quisimos incorporar a la comida un poquito de información o de tradición mexicana”, dijo Hernández, para quien las máscaras y sombreros atraen gente al camión, pero es la comida lo que los hace regresar.
Los “güeros”, como Matt Kuzman, son los consumidores a los que apunta el camión y la mayoría de los clientes fijos.
“Me encantan la nave tamalera y las máscaras de lucha libre. Además los tamales son fantásticos”, dijo a Kuzman.
Otro de los comensales, Nora Lina, dijo que le llamó la atención el camión de color plateado con un ala de avión en el techo y luces multicolores, pero que los tamales deliciosos le hicieron convertirse en clienta habitual de este camión de comida ambulante.
Entre el “Tamale Spaceship”, servicios a fiestas y entregas a domicilio, estos mexicanos venden unos 500 tamales diarios en todo Chicago.