El papa y Merkel hablan de economía
Le preocupa al Pontífice la crisis financiera en Europa
CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco recibió a la canciller federal alemana Angela Merkel, que hizo una breve visita a Roma, consciente de la importancia de los votantes cristianos para las elecciones de septiembre. Ambos manifestaron preocupación por las numerosas víctimas de la crisis económica europea.
El papa argentino continuó las campañas de sus dos predecesores, el polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI, para vigorizar el cristianismo en un continente en el que la cifra de fieles ha disminuido.
Durante la jornada, el papa habló en privado con Merkel durante 45 minutos en el Palacio Apostólico.
El partido demócrata cristiano de la canciller depende en gran medida del apoyo de los votantes protestantes y católicos, y el encuentro con el papa podría representar un impulso a su campaña reelectoral para alguien identificada por los europeos como paladín de la reducción de la deuda pública a costa de una dolorosa austeridad.
Por su parte, el Vaticano recibe de buen grado a todo aliado en su campaña por afianzar a las sociedades europeas en su tradición de raíces cristianas. La Iglesia también busca apoyo en nombre de los cristianos que enfrentan persecución en el mundo.
El papa fustigó el jueves lo que calificó de “culto del dinero” en un sistema financiero global que acaba tiranizando a los pobres del mundo en vez de ayudarlos.
Cuando se le preguntó si habían hablado sobre las recientes críticas del pontífice, Merkel respondió que trataron sobre la regulación de los mercados financieros.
Italia, España, Irlanda, Portugal y especialmente Grecia han visto a sus gobiernos concentrarse en la reducción de la deuda mientras reducían los gastos estatales. Con el crecimiento paralizado ha aumentado el desempleo, especialmente entre los jóvenes. Los negocios, muchos de ellos operados por familias en el sur de Europa, han quebrado a medida que se agotaban los préstamos bancarios.
“La regulación de los mercados financieros es nuestro problema central”, dijo la canciller, que recibió a la prensa en terrenos del Vaticano. “Estamos avanzando, pero todavía no estamos donde pretendemos, donde podamos asegurar que no volverá a ocurrir un descarrilamiento del mercado social”.