Dos mujeres mayores y dispuestas a emitir su voto

Olga Linares y Teresa Chanci de Ortiz llegaron al precinto de la escuela secundaria Van Nuys listas para votar. Las escalinatas de la escuela no intimidaron a Linares, de 67 años y Ortiz, de 83, que tuvieron que tomar un autobús y caminar un par de cuadras bajo el sol, con sus bastones.

“Después de tantas revoluciones, tanta lucha para ganar el derecho de votar, sería una falta de responsabilidad dejar de hacerlo”, opinó Ortiz. “En la última elección pude votar por Obama y ahora quiero votar al nuevo alcalde”.

Linares, nativa de Guatemala y Ortiz, nativa de Colombia se conocieron en la misma escuela Van Nuys, cuando tomaban sus clases de ciudadanía. “Estuvimos estudiando por un año”, contó Linares. “Nos reuníamos en Mc Donalds todas las semanas y nos poníamos a estudiar las cien preguntas del examen una y otra vez”, recordó.

Las amigas confesaron no saber mucho inglés, pero para poder dar el examen de ciudadanía en el idioma natal necesitaban haber sido residentes por 15 años. “Si me ponía a esperar, no iba a poder votar hasta los 90”, dijo Ortiz. Una amiga que ya había tomado el examen, les aconsejó que cuando les preguntaran si sabían inglés, que dijeran que sí.

“Nos dijeron que digamos Yes a todo”, recordó Linares riendo. Las amigas dijeron que a pesar del poco inglés tuvieron una buena maestra. “Que nos tuvo mucha paciencia”.

Al presentar sus documentos en las urnas, los empleados les informaron que les habían cambiado el precinto donde debían votar y les dieron una nueva dirección. Pero las amigas no se desmoralizaron y comenzaron a caminar hacia el nuevo precinto. “No hay problema, en dos cuadras, está la parada del autobús que nos deja cerca, todavía tenemos tiempo de llegar. Nos llevó un año para conseguir la ciudadanía, nos vamos dónde sea que me manden para poder votar”, concluyó Ortiz.