Cine mexicano es alabado pero no popular
Los filmes reciben premios pero no logran mejores recaudaciones.
MÉXICO, D.F.— Llueven premios internacionales al cine mexicano, pero no van acompañados de más espectadores que acudan a ver películas nacionales, que no acaban de permear en una sociedad mexicana sometida a las producciones estadounidenses.
En el pasado Festival de Cannes y por segundo año consecutivo, un director mexicano lograba el premio al mejor director, Amat Escalante, por su película Heli.
Todos los focos iluminaron entonces a una generación de cineastas que logra entrar y triunfar en prestigiosos festivales nacionales e internacionales, pero no en las salas de cine de su país. Natalia Beristáin, Sebastián del Amo, Sebastián Hofmann, Carlos Reygadas y Michel Franco son algunos ejemplos.
“Tenemos un cine que está ganando reconocimientos y un lugar en el panorama mundial y nos enfrentamos a la contradicción de que en nuestro país, por las reglas de la exhibición cinematográfica […], hay muchas películas que no pueden llegar a su público natural”, dijo en entrevista el director de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Juan Antonio de la Riva.
“El cine mexicano puede gustar más o menos, pero no tiene la posibilidad de que el público sea el que lo elija, no es equitativo. Entre otras cosas, las películas de EEUU vienen con una campaña fuerte de publicidad, y ahí está parte de la inequidad”, añadió.
De acuerdo con la Ley Federal de Cinematografía, los exhibidores tienen la obligación de reservar el 10% del tiempo total para la proyección de películas nacionales en sus respectivas salas.
Pero esta ley, explicó De la Riva, es tan ambigua que “queda a la interpretación”.
Los exhibidores, por ejemplo, cumplen la cuota colocando las películas en salas marginales o en horarios menos exitosos y en una semana las quitan.
“La exhibición en México está muy castigada gracias a los multicines, ya que se han hecho alianzas muy fuertes entre las distribuidoras mayores y los exhibidores, castigando mucho cualquier tipo de cinta pequeña”, dijo el experto Edwin Culp.
Ese tipo de películas “ya están calculadas así, como fracasos, por las exhibidoras”, comentó el maestro en artes visuales y profesor de cine en la Universidad Iberoamericana.
El pasado año el Festival de Cannes se llenaba de México gracias a Carlos Reygadas con su Post Tenebras Lux, ganador del premio al mejor director, y a Michel Franco, que con Después de Lucía obtuvo el galardón del jurado de la sección Una Cierta Mirada.
En 2012, solo 146,000 personas fueron a ver la primera película; la segunda, 762,900, una cifra ínfima si se compara con los 15.9 millones de personas que fueron a ver la cinta estadounidense The Avengers.
Ni los festivales de cine (en México hay 82) ni los premios internacionales (36 películas apoyadas por el Imcine consiguieron 66) logran llamar la atención de unos espectadores que asisten en un promedio de dos veces al año a las salas.