La selección de Tahití es un asunto familiar
El representativo futbolístico de esta isla de la Polinesia francesa es tan cerrado que una sola familia (Tehau) acapara varios de sus puestos.
Marama Vahirua y los cuatros miembros de la familia Tehau que jugarán por Tahití en la Copa Confederaciones representan los diferentes rostros del fútbol en la Polinesia Francesa.
Vahirua vive en Francia y juega en el fútbol europeo desde hace 15 años, con clubes como Nantes (1998-2004) y más recientemente Mónaco y Panthrakikos.
El delantero es uno de un puñado de futbolistas de la Polinesia Francesa que consiguieron jugar en ligas profesionales: Steevy Chong Hue, su compañero en la selección de Tahití, juega en el Bleid-Gaume en la tercera división belga; Tamatoa Wagemann para US Change en la quinta división francesa; y Georges Gope-Fenepej, de Nueva Caledonia, en el Troyes de la primera división francesa.
En cambio, la familia Tehau —los mellizos Alvin y Lorenzo, su hermano Jonathan y su primo Teaonui— ha desarrollado su talento en su país. Todos juegan en la selección y con los clubes Tefana y Dragon de la primera división de Tahití, aunque eso les otorga un mínimo roce competitivo de primer nivel.
El técnico de la selección, Eddie Etaeta, declaró que el equipo que competirá en Brasil en el mismo grupo que España, Uruguay y Nigeria será compuesto por “99 por ciento de amateurs y uno por ciento de futbolistas profesionales”.
Vahirua y los Tehaus son los rostros de esta selección de desconocidos.
Nacido en la capital de Tahití, Papeete, Vahirua se fue de la isla a finales de los 1990 para inscribirse en la academia juvenil de Nantes, y luego disputó 111 partidos con el club francés hasta 2004. Después jugó con Niza, Lorient y Nancy, antes de irse a préstamo al Mónaco y Panthrakikos.
Etaeta convocó a Vahirua la temporada pasada para la Copa de Naciones de Oceanía y las eliminatorias mundialistas, pero el delantero no pudo jugar por compromisos con su club. Tahití le escribió a Panthrakikos para pedir permiso para llevar a Vahirua a la Copa Confederaciones, y en esta ocasión el ariete de 33 años expresó su deseo de jugar por su país.
“Si todo sale bien, debo estar con el equipo”, dijo Vahirua a Oceania Football. “Es una oportunidad fantástica para un país como el nuestro. Es una oportunidad para demostrar que el fútbol de Tahití puede salir de las islas y llegar más lejos. Puedes vivir del deporte si te dedicas, y me encantaría ver que eso pasara con los futbolistas de Tahití”.
La disponibilidad de los hermanos y el primo Tehau nunca estuvo en duda.
Juntos tienen más de 60 partidos con la selección desde que Alvin y Lorenzo debutaron en 2010. En el triunfo 10-1 sobre Samoa en la Copa de Naciones de Oceanía de 2012, se combinaron para marcar nueve goles.
“Estoy muy orgulloso por jugar en la selección con mi familia”, comentó Alvin. “Somos un núcleo dentro de la selección. Creo que eso ayuda a todo el equipo”.
Lorenzo agregó que “siempre nos preocupamos por la familia. Estoy contento porque jugamos juntos, necesitamos mucho tiempo para juntarnos en un mismo equipo”.
Jonathan admite que a veces hay disputas familiares.
“Si nos gritamos, lo dejamos fuera de la cancha de fútbol”, señaló. “Lo que pasa en la vida cotidiana no entra al fútbol”.
Alvin, Lorenzo y Teaonui jugaron por Tahití en el Mundial Sub20 en 2009 en Egipto, donde se toparon con algunas estrellas en ascenso del fútbol mundial. Allí aprendieron que torneos de esta envergadura pueden ser despiadados con equipos más pequeños.
“No conocíamos nuestro nivel antes de eso”, recordó Alvin. “Jugamos contra estrellas, y su nivel era mucho más alto que el nuestro. Pero aprendimos mucho, fue una gran experiencia, y cuando volvimos nos sentimos mucho más fuertes como personas y como jugadores”.