Ballena Gris encalla en San Francisco

SAN FRANCISCO.— La migración es tan natural que la ballena gris lo hace cada año, sin papeles, a puro pulmón. Desde las costas del Pacífico mexicano aletea por Estados Unidos, bucea por Canadá y llega hasta a las gélidas profundidades del ártico para retornar a su agua natal en las tibias lagunas peninsulares de Baja California.

La explicación de este recorrido marino —de uno de los mamíferos más grande en el planeta, luego de otros de su misma especie; la más colosal la ballena azul— es presentada en el San Francisco Zoo por iniciativa de un colectivo de mexicanos respaldados por el Conaculta, la Secretaría de Relaciones Exteriores y el consulado mexicano de esta ciudad: Marco José Sánchez, Eunice Calderón y Alejandro Boneta, en la instalación denominada así, “Travesía”, una muestra bilingüe y multimedia en el edificio de Paquidermos.

“Travesía alberga dos lenguajes: el científico y el artístico”, explicó una de las impulsoras de este proyecto, Eunice Calderón. En el ramo del arte, destacó las piezas realizadas por otros mexicanos: Ariel Gúzik, Pilar Villela, Alejandro Boneta, Balam Bartolome, Luis Orozco, Emilio Rangel, Alex Bolio y Mario Ramírez.

Redondean la muestra una serie de mamparas con información que ofrecen las características de la evolución de la ballena gris, su relación con el hombre, mapas con la ubicación de sus santuarios, un estudio científico de Demián Ortiz, que según subrayó la coordinadora del Proyecto Ballena Gris, Eunice Calderón, “por esa investigación podemos hacer una presentación en un lugar como éste, por su información”.

El director del proyecto, Marco José Sánchez, describió algunos aspectos de la ballena gris, como que “es orgullosamente mexicana, nace en las lagunas de México y se reproduce en México, en estas lagunas que conservamos, que son patrimonio de la humanidad”.

“Nos comprometimos a que una vez hayamos terminado este montaje internacional, vamos a donar la obra a un ecomuseo en esa comunidad, para que ellos tengan un lugar digno para recibir a los visitantes”, mencionó Marco José Sánchez.

Predominan en la exhibición las presentaciones de Alejandro Boneta y Mario Ramírez. La del primero por la utilización de elementos multimedia, como la fotografía y el video, y la del segundo por la sobria definición del desierto El Vizcaíno en un diorama erigido únicamente con papel blanco.

“La idea de que sea en papel es que es muy ligera para viajar y es una técnica original”, comentó Ramírez frente a su obra. “Y se hace en blanco para resaltar los elementos y no perdernos en el color, que además la hace más elegante”. En este ecosistema, desértico y marino, el espectador podrá distinguir diversas aves, entidades marinas, como ballenas, delfines, mantarrayas, calamares; de tierra: insectos, serpientes, búhos, berrendos y cimarrones.

La proyección de Boneta, Whale’s Eye, además de estar exhibida en las paredes del edificio —que por cierto comparte espacio con un rinoceronte— es también descargable como aplicación para el iPad, con la documentación de la ballena gris y su entorno. “La idea de esta aplicación es presentar al espectador una exposición de fotografías de una manera interactiva”, añadió Boneta, su realizador.

Similar al paso de la ballena gris por Norteamérica, la exhibición Travesía estuvo en el Centro de las Artes en Ensenada, Baja California Norte; Museo de Ciencias, de Vancouver, Canadá —con más de 135 mil visitantes; y ahora el Zoológico de San Francisco, en California, hasta septiembre de 2013. Posiblemente llegue hasta la Ciudad de México y Corea, donde están en peligro de extinción.

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