Comedia de altura, estilo Almodóvar

'I'm so excited', más reciente propuesta fílmica del realizador español, es de humor crudo, pero vuela sin problemas

Reparto de la película 'I'm so excited'' —'Los amantes pasajeros', en español—,con su director a la derecha, Pedro Alodóvar.

Reparto de la película 'I'm so excited'' —'Los amantes pasajeros', en español—,con su director a la derecha, Pedro Alodóvar. Crédito: Suministrada

SAN FRANCISCO.— Almodóvar se acomide a la comedia, y la pega, con su más reciente largometraje, “I’m so excited”.

En un avión rumbo a México, la tripulación se las arregla para atender a los pasajeros de primera clase: un banquero, una médium, un matón, un actor, una prostituta y una pareja de novios —la clase turista no se entera de nada, todos van dormidos—, a quienes les comunican que el avión tiene un desperfecto y que aterrizarán de emergencia.

La tripulación está hecha un lío. Tres sobrecargos, piloto y copiloto responden a la emergencia en picada perpetua hacia sus intimidades sexuales mientras se embriagan con abundante tequila y un coctel de mescalina que entre otros efectos excita a hacer el amor —la droga es tan común en las películas de Pedro Almodóvar que esta vez, para justificarla, el personaje que interpreta Miguel Ángel Silvestre la saca de ahí mismo, de donde pueda sonarle menos higiénico.

Es humor crudo. Las historias de Almodóvar suelen mostrar tetas, nalgas, intercursos; incluso raptos y asesinatos son motor para la broma. Con “Kika”, hace 20 años, el director y guionista español se echó a medio mundo encima al juzgar algunos que hizo de la violación un asunto de risa.

Pero esto es cine. Almodóvar sabe que la gente paga un boleto y quiere divertirse. Es comedia. Rápida. Salerosa. Acertada para provocar risa, no juicios.

A México le sacude el copete, antes de dos tragos de tequila. Del país se habla asociándolo con la violencia. Pero en esta historia si los pasajeros salen de España es porque ahí la cosa parece caerse.

Javier Cámara, quien interpreta a uno de los sobrecargos, “Joserra”, reniega que Los Amantes Pasajeros (I’m so excited, es el título en inglés) sea comedia política. “Es una película que (Pedro Almodóvar) hizo para divertirse”, dijo en entrevista. “Es una simple comedia sencilla”.

Lo correcto para definirla sería usar una palabra inapropiada, porque eso es el cine de este punk juvenil, maestro sin haber pasado por la escuela de arte cinematográfico: una mala palabra precisa, una barbajanada, útil para romper el tedio con historias de personajes rutinarios envueltos en situaciones límite, o como lo dice “El Fajas”, otro de los sobrecargos, en la interpretación deliciosa de Carlos Areces, de quienes se han emproblemado por andar en “el alcohol, las drogas y los cuartos obscuros”.

Además de Cámara —son tres las películas que ha filmado con Almodóvar; “Hable con ella fue la primera”—, en San Francisco estuvieron otros dos actores que participaron en I’m so excited: Blanca Suárez —segundo trabajo con el cineasta; en “La piel que habito” es la hija de Antonio Banderas— y Miguel Ángel Silvestre, pareja de Suárez en la vida real, con asombroso parecido con Banderas cuando joven y quien sonará en breve, pues protagoniza “Alacrán enamorado”, donde comparte créditos con Javier Bardem.

El jueves 13 de junio, I’m so excited abrió el Festival de Cine de Los Angeles. Almodóvar piso ese día la alfombra roja.

Un día después, en el Ritz-Carlton, a un costado del barrio chino, Blanca Suárez, enfundada en hot pants, cruzó la espectacular pierna —Almodóvar ha dicho que la sexualidad exagerada de sus personajes representa optimismo— y planteó que no quitaría del todo el adjetivo de “política” a la comedia.

Aclaró que hablaba “con la boca pequeña”; pero insistió que sería “injusto” desdeñar el carácter político de la obra. Es una comedia necesaria, dijo Suárez. Luego hasta compartió una reflexión: “No se sale de algo que estás viviendo si no te ríes un poco de ello”.

En sus apuntes sobre la producción, Pedro Almodóvar dice que le preocuparía que el público calificara I’m so excited como “telúrica” o, peor, que comentara que “se hace larga”. Sin ocultar su desacuerdo con la situación española, confirma que esta vez puso el oficio al servicio de la diversión.

La historia, precisa, transcurre a 10,000 metros de altura. Y qué se ve desde allá, se pregunta. Responde: “Cuando amenaza con aparecer un pico de realidad, la famosa prima, la cifra de parados, la aprobación de la subida del IVA (…), yo pongo digitalmente un grupo de nubes flamígeras, las nubes lo tapan todo. Deliberadamente, he huido de la realidad, es todo ficción”.

Con breves apariciones de Antonio Banderas y Penélope Cruz, I’m so excited se estrenará en el Area de la Bahía el 5 de julio; el 12 de julio llegará a Santa Cruz y Santa Rosa.

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