Festival de Orgullo Gay… ¿O despedida de solteros?
La reanudación del matrimonio entre personas del mismo sexo convirtió la fiesta homosexual más grande del planeta en una simulación de éxtasis colectivo
SAN FRANCISCO.– “¡Yo me caso esta noche!”, exclamó Lola, la presentadora dragqueen sobre el escenario latino del festival Orgullo Gay celebrado en esta ciudad el domingo pasado y, ante la ovación que recibió del público, remató: “¿Quién se quiere casar conmigo?”.
Alusiones, tanto en tono bromista como de arenga política, al renovado entusiasmo por la igualdad de matrimonio para parejas del mismo sexo fueron la constante del Gay Pride 2013, el multitudinario festival que desde 1972 se viene celebrando anualmente en San Francisco.
Con el clima veraniego ideal y la nunca más oportuna reciente invalidación por parte de la Corte Suprema del Acta de Defensa del Matrimonio (conocida como DOMA, por sus siglas en inglés) y la controversial Proposición 8 que obstaculizaba la legalización del matrimonio homosexual desde 2008 en California, la comunidad gay, lésbica, trans y bisexual salió a festejar a pleno el pasado 30 de junio en las inmediaciones del Centro Cívico de esta urbe.
El escenario latino, tradicionalmente ubicado en la intersección de MacAllister y Van Ness, registró récord de concurrencia, aunque carecía de artistas con verdadero poder de convocatoria, como supo tener en ediciones anteriores.
Entre las presentaciones de los bailarines en paños menores del popular Club Papi y el kitsch de las recauchutadas divas de antaño cantando en lip-sync versiones clásicas del pop latino, tanto los presentadores como los artistas invitados no dejaron de pasar ni una oportunidad para encender al público con comentarios relativos al matrimonio entre homosexuales, nuevamente legal en San Francisco.
“¿Quién cree que hoy es un buen día para una boda?”, proclamó desde el micrófono Jaime Awad, de Club Papi, organizador y patrocinador del escenario, mientras DJ Mike hacía sonar los hits bailables del momento y el público exaltado lanzaba aullidos de aprobación.
Después de entonar “A puro dolor”, su éxito romántico del año 2000, el ahora solista Ángel López, otrora líder del cuarteto puertorriqueño Son By Four, anunció que también estaba disponible para cantar bajo contrato en próximas bodas.
Paradójicamente, mientras en el escenario latino se sucedían celebridades de clase “z”, como el dúo MAO o la solista Sophi Álvarez (aparentemente la nueva protégé de Gloria Estefan) en el escenario central del evento, ubicado frente al edificio de la alcaldía, se presentaban las gemelas boricuas Nina Sky, quienes después de lanzarse a la fama en 2004 con los hits reggaetoneros “MoveYour Body” y “Oye mi canto”, se convirtieron en legítimos íconos de culto para la comunidad lésbica joven.
Apretujado entre la muchedumbre frente al escenario, Gustavo, de Guadalajara, se quejaba del bajo nivel de los artistas convocados para esta edición del festival, comparado con años anteriores en los que habían traído a Elvis Crespo, Fey o Gloria Trevi. “Antes tenían sponsors más grandes”, teoriza Gustavo. “Por eso podían pagar artistas más conocidos”.
Otros, se quejaban de que no había suficiente música. Como el venezolano Luis, vestido con los colores de la bandera de su país, en combinación con su pareja. “¡Mucha habladera! Hace falta más y mejor música”.
El acto de cierre quedó a cargo de OV7, antes conocidos como el conjunto de pop televisivo infantil mexicano Onda Vaselina, ahora convertidos en adultos artistas de semi-culto para el público nostálgico por la década de los ochenta. Después de entonar al unísono con sus fans el clásico retro “Te quiero tanto, tanto” subió al escenario David Campos, supervisor de Distrito, representante de la Misión, para entregarles un galardón, en nombre de la ciudad. “Es un momento histórico y es apropiado que OV7 esté en el festival de San Francisco”, expresó Campos, legislador sanfranciscano latino, y abiertamente gay.
Culminando con otra arenga para despedir al público, pasadas las seis de la tarde, el presentador Jaime Awad, exclamó: “Si puedes estar en el army e ir a luchar por este país, entonces deberías tener derecho a casarte no sólo aquí sino en los 50 estados. Así que la lucha no se acaba todavía”.