Concejal propone prohibir vendedores en Echo Park
Una iniciativa del concejal Mitch O'Farrill eliminará los puestos ambulantes de Echo Park si es aprobada
Las manos de Fernando López no pueden cerrarse en puño, permanecen abiertas como si sujetaran un objeto invisible. Es la secuela de un accidente laboral hace tres años por el cual no ha sido indemnizado.
“No puedo ni lavar platos”, dice este vendedor de paletas que se ha detenido en el lago de Echo Park.
López, de 58 años, suele estacionar su carrito frente a la cafetería del lago. Al final de la jornada, que suele superar las 12 horas, él se queda con el 50% de las ganancias (su patrón con el resto). El domingo pasado regresó a casa con $100, pero muchos días lo ha hecho con apenas $20.
“No puedo hacer otra cosa”, lamenta este mexicano que vive en el Sur de Los Ángeles. “De alguna forma tengo que vivir”, agrega.
Pero si el Cabildo de Los Ángeles aprueba una propuesta de ley del concejal novato Mitch O’Farrell, López y otros vendedores ambulantes serán echados de Echo Park. Este lunes la moción recibió luz verde en un comité del Ayuntamiento.
La iniciativa de O’Farrell pide a la Procuraduría Municipal diseñar una estrategia legal que impida el comercio irregular en parques y áreas recreativas de Echo Park (sólo se enfoca en ese barrio), mientras se espera el veredicto en un juicio que suspendió la aplicación de dicha norma.
“Como en otros lugares de la ciudad, la venta ilegal sigue siendo un problema grave en Echo Park”, indica en la moción O’Farrell, quien desde el 1 de julio representa el Distrito 13. “El Departamento de Parques y Recreación no tiene actualmente la autoridad de atender la venta ilegal debido al litigio, que ha impactado a residentes y negocios de la comunidad”, continúa.
Angélica Salas, directora de la Coalición Pro Derechos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), cree que la intención de O’Farrell es “borrar del panorama” a los comerciantes irregulares, la gran mayoría de origen latino, refiriéndose al recién remodelado lago de Echo Park.
“En vez de castigarlos deberían darles la mano. Es un error crear más leyes para castigarlos, porque hemos visto que no funcionan y sólo criminalizan a la gente trabajadora”, señaló la activista.
El municipio ha gastado $48 millones en la remodelación del Lago de Echo Park, por la cual permaneció cerrado durante 18 meses. Poco después de su apertura regresaron los vendedores ambulantes, cuya presencia se observa más los fines de semana.
A decir de David Farley, pastor de la Iglesia Metodista Unida de Echo Park, dicha actividad no es un problema serio en el vecindario, como afirma el edil. “Han vendido en la calle por años, ellos quieren que sus familias sobrevivan y contribuyen al intercambio de bienes”, comentó.
Vecinos del sector no están en contra de los vendedores, aunque entienden los esfuerzos emprendidos por miembros del cabildo.
“Ellos no le hacen mal a nadie, vienen a vender por necesidad, pero también creo que el Ayuntamiento tiene derecho de preocuparse por la calidad de la comida que venden en la calle”, dijo Miriam Aguilar, nacida en Guatemala y vecina de Echo Park desde 1985.
El plan de O’Farrell se presenta semanas después de que autoridades del condado de Los Ángeles pusieran sobre la mesa una iniciativa para meter en cintura la venta de alimentos y artículos en la vía pública, alegando que afecta a los negocios establecidos.